Un herido en los disturbios pierde la visión en un ojo

Ahmed Ouled Zian, un joven de 18 años herido el jueves en un ojo tras recibir un pelotazo de los antidisturbios, perdió la visión en un ojo. "Estaba junto a una vecina delante de su casa, cuando me pegaron con una bola de plástico. Caí al suelo. Encima me detienen, cuando ya no veo por un ojo. ¿Cómo puedo encontrarme ahora?", se preguntaba Ouled desde su habitación en el hospital Gregorio Marañón.

Un antidisturbios que resultó herido grave de una pedrada en la mandíbula inferior seguía ingresado grave en el hospital de Monte Príncipe. Al inspector, que fue intervenido la n...

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Ahmed Ouled Zian, un joven de 18 años herido el jueves en un ojo tras recibir un pelotazo de los antidisturbios, perdió la visión en un ojo. "Estaba junto a una vecina delante de su casa, cuando me pegaron con una bola de plástico. Caí al suelo. Encima me detienen, cuando ya no veo por un ojo. ¿Cómo puedo encontrarme ahora?", se preguntaba Ouled desde su habitación en el hospital Gregorio Marañón.

Un antidisturbios que resultó herido grave de una pedrada en la mandíbula inferior seguía ingresado grave en el hospital de Monte Príncipe. Al inspector, que fue intervenido la noche del jueves, le han colocado tres placas de titanio y 19 tornillos de sujección, según fuentes policiales. Ayer le visitó el director general de la policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, que rechazó el comportamiento de los vecinos de la Cañada Real. Mesquida ha dado órdenes de que se identifique a través de las imágenes de televisión y se detenga a todos los autores de los disturbios.

Hasta la fecha, han sido detenidos tres supuestos participantes en los disturbios. Además de Ouled Zian, fueron arrestados el propietario de la vivienda derribada, Abdelilah Ghailan, de 30 años, y el vecino de Cañada, Amham Bilal. Ambos quedaron en libertad la madrugada de ayer, tras pasar a disposición judicial.

El fiscal, algo muy raro en estas detenciones, pidió su ingreso en prisión. El juez lo denegó al no quedar demostrado que los arrestados participaran en los disturbios. "Me han tratado a porrazos y yo no hice nada. Me quedé en mi casa para evitar que la tiraran abajo", concluyó Ghailan, que está casado y tiene dos hijos de tres años y dos meses.

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