Cartas al director

Un predemócrata de derechas

Rafael Pérez Escolar es un representante típico del despertar predemocrático de la sociedad civil española que tiene lugar en las dos fases centrales del franquismo, la del integrismo autocrático (años cincuenta) y la del autoritarismo tecnocrático (años sesenta), durante los cuales existía una dictadura política hermética y un sistema social basado en la represión y el control, aunque comenzasen sin embargo a aparecer grietas por las que se filtraban los aires de la libertad. Producirlas y ensancharlas es el objetivo de las fuerzas de la oposición, entre las que la izquierda ocupa la parte má...

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Rafael Pérez Escolar es un representante típico del despertar predemocrático de la sociedad civil española que tiene lugar en las dos fases centrales del franquismo, la del integrismo autocrático (años cincuenta) y la del autoritarismo tecnocrático (años sesenta), durante los cuales existía una dictadura política hermética y un sistema social basado en la represión y el control, aunque comenzasen sin embargo a aparecer grietas por las que se filtraban los aires de la libertad. Producirlas y ensancharlas es el objetivo de las fuerzas de la oposición, entre las que la izquierda ocupa la parte más visible y pugnaz, pero no la única. Pues los miembros de lo que ya entonces llamábamos la derecha civilizada, con los monárquicos juanistas al frente, fueron decisivos para que comenzase a aflorar una alternativa democrática.

Pérez Escolar, juez por oposición, defendió, ya en su primera posición judicial en el pueblo de Cifuentes (Guadalajara), los derechos de unos labradores arrendatarios de una finca cuyo propietario era contertulio habitual de El Pardo, lo que le costó tener que dejar la carrera e incorporarse a la asesoría jurídica de Banesto. De sensibilidad europeísta, como prueban sus publicaciones de aquellos años, participó en la reunión del Movimiento Europeo que se celebró en Múnich (el llamado Contubernio), donde su condición de secretario general del banco en el que trabajaba nos permitió hacerlo figurar, frente a la prensa, como representante de la banca española. De la misma manera que la presencia de su gran amigo, también jurista, Alfonso Prieto, catedrático de Derecho Canónico y directivo de las Juventudes Universitarias de Acción Católica, hicieron posible que le atribuyésemos la titularidad de representante de la Iglesia.

Pero tal vez el servicio mayor que prestó Pérez Escolar a la lucha por las libertades fue desempeñar el cargo de secretario general de CEISA, organización que creamos en 1964 para ofrecer un ámbito de acogida a los profesores expulsados de sus cátedras. Actividad que no simplificó la vida de Pérez Escolar. Su voluntad de abrir las puertas del régimen franquista tuvo dos manifestaciones posteriores: su colaboración con Reforma Democrática, de Manuel Fraga, y la no cuajada iniciativa de lanzar la organización Solución Independiente, en la que quiso embarcar a José María Cuevas.

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Por lo demás, sus Memorias (Foca, 2005), aunque centradas en sus peripecias bancarias y jurídicas y en su pelea con Emilio Botín y el Banco de Santander, dan prueba de su permanente preocupación política. Desde luego considerada y ejercida desde una inequívoca opción de derecha económica y política, pero que no aceptó nunca la deriva totalitaria del franquismo. Opción derechista que no justifica en modo alguno su exclusión de nuestra memoria democrática, al igual que la de sus compañeros Federico Carlos Sainz de Robles, Guillermo Luca de Tena, Manuel Delgado Iribarren, José María Ruiz-Gallardón, Rafael Márquez Cano, Manuel Alonso García, Josechu Isasi Isasmendi, Juan Manuel Vicen y un largo etcétera, que se mostraron en esos años receptivos a la apertura europea y democrática. Pues esa omisión es una inadmisible falsificación de la historia.

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