Análisis:A LA PARRILLA

Entretenimiento familiar

Los niños repipis gustan un montón. Lorenzo Montero, 11 años, protagonista de Hermanos y detectives (Tele 5), es una versión actualizada del repelente niño Vicente con el plus de ser argentino en una producción española. Irresistible combinación si al coeficiente doscientos de inteligencia del chaval se le añade una trama detectivesca plagada de humor sutil: "Nos conocemos de sobra", dice un personaje. "No existe tal cosa como el conocimiento sobrante", responde Lorenzo (Rodrigo Noya). Muy bien. El serial muestra que una comedia latina de detectives, niño incluido, es un eficaz m...

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Los niños repipis gustan un montón. Lorenzo Montero, 11 años, protagonista de Hermanos y detectives (Tele 5), es una versión actualizada del repelente niño Vicente con el plus de ser argentino en una producción española. Irresistible combinación si al coeficiente doscientos de inteligencia del chaval se le añade una trama detectivesca plagada de humor sutil: "Nos conocemos de sobra", dice un personaje. "No existe tal cosa como el conocimiento sobrante", responde Lorenzo (Rodrigo Noya). Muy bien. El serial muestra que una comedia latina de detectives, niño incluido, es un eficaz método de entretenimiento familiar. O sea, una forma de que papás y niños puedan ver, juntos y revueltos, algo que no sea un insulto a la inteligencia antes de ir a dormir. ¿No es lo menos que se le puede pedir a la televisión?

Avalada por el éxito de la versión argentina en 2006, la serie ha retomado al actor protagonista infantil: un acierto. Rodrigo Noya es mucho más que un redicho sabelotodo; su personaje muestra que los niños saben latín, cálculo o matemáticas y sus ojos pueden abarcar mucho más que los de cualquier adulto domesticado. Excelente. Que eso se haga con naturalidad y en el contexto rutinario y chapucero de un grupo de policías españoles de paisano entre los que está su medio hermano (Diego Martín) minimiza la necesidad de una trama detectivesca coherente. La sonrisa aflora sin sobreactuación: ése es el éxito, avalado, en cuatro semanas, por tres millones y medio de espectadores de promedio. Bastante más que la rocambolesca Quart (Antena 3), con cura protagonista, su competidora hasta hace poco.

Al exitoso niño repipi le desafía ahora el reto de mantener su récord frente a los melodramáticos Herederos de Concha Velasco (TVE-1) y la Cuestión de sexo (Cuatro) que distorsiona la vida de españoles perplejos como Willy Toledo. Las series españolas buscan acomodo la noche del martes: hay para todos los gustos. Pero Montero empezó antes y le aúpan familias que quieren dormir tranquilas.

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