Un hombre asume que mató a otro en Sant Vicent con la pistola de un policía

"Disparé al aire de impotencia al ver a cuatro agentes detrás. Pensé que me iban a matar. Pero si la policía hubiera hecho su trabajo, ese hombre hoy no estaría muerto". Ésta fue la declaración, ayer, ante un tribunal de la Audiencia de Alicante de Ernesto D. B., acusado de matar a tiros a un hombre en septiembre de 2000, cuando la víctima salía de un club de alterne en Sant Vicent del Raspeig. El procesado se enfrenta a una pena de diez años por los delitos de homicidio por imprudencia y tenencia ilícita de armas.

El día de autos, el encausado fue interceptado por la policía en Sant Vi...

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"Disparé al aire de impotencia al ver a cuatro agentes detrás. Pensé que me iban a matar. Pero si la policía hubiera hecho su trabajo, ese hombre hoy no estaría muerto". Ésta fue la declaración, ayer, ante un tribunal de la Audiencia de Alicante de Ernesto D. B., acusado de matar a tiros a un hombre en septiembre de 2000, cuando la víctima salía de un club de alterne en Sant Vicent del Raspeig. El procesado se enfrenta a una pena de diez años por los delitos de homicidio por imprudencia y tenencia ilícita de armas.

El día de autos, el encausado fue interceptado por la policía en Sant Vicent del Raspeig por su actitud sospechosa. Éste esgrimió un arma, encañonó a los tres agentes y huyó con el coche patrulla. Durante la persecución policial, el enjuiciado se estrelló en las inmediaciones de un prostíbulo. Fue entonces, cuando el procesado se introdujo en su interior y exigió a los clientes que le entregaran las llaves de algún vehículo. Pero al no encontrar el coche, el imputado efectuó dos disparos al aire, según confesó ayer en el juicio oral. Uno de los proyectiles rebotó contra la pared del local y alcanzó a uno de los clientes que en ese momento abandonaba el prostíbulo. La bala hirió de muerte al hombre, de 45 años. "Me considero culpable de disparar el arma. Lo lamento, pero yo no disparé contra nadie", reiteró el acusado. Tras accionar el arma, se internó de nuevo en el establecimiento, irrumpió en una habitación y exigió "bajo amenazas" a una pareja otro juego de llaves. "Les dije, o me dais la llave de un coche, o tendré que lastimaros", relató. Tras esto, Ernesto se subió al vehículo y huyó a Madrid. La acusación particular exige una condena de 15 años.

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