Luis se niega a hablar

Luis Aragonés se negó anoche por vez primera desde que es el seleccionador a comparecer en la conferencia de prensa posterior a un partido. No atendió los requerimientos que le hicieron los periodistas y, con gesto sombrío y acompañado por varios federativos, se subió de manera apresurada al autocar del equipo. Casillas, Albelda, Cesc y Joaquín fueron los únicos jugadores que hablaron.

Tras el pobre espectáculo ofrecido por el conjunto nacional, Luis no estaba dispuesto a abrirse a la opinión pública. Así, se escudó en los responsables de prensa de la federación para dar esquinazo a los...

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Luis Aragonés se negó anoche por vez primera desde que es el seleccionador a comparecer en la conferencia de prensa posterior a un partido. No atendió los requerimientos que le hicieron los periodistas y, con gesto sombrío y acompañado por varios federativos, se subió de manera apresurada al autocar del equipo. Casillas, Albelda, Cesc y Joaquín fueron los únicos jugadores que hablaron.

Tras el pobre espectáculo ofrecido por el conjunto nacional, Luis no estaba dispuesto a abrirse a la opinión pública. Así, se escudó en los responsables de prensa de la federación para dar esquinazo a los medios de comunicación. La excusa ofrecido por aquéllos es que no estaba obligado a hacerlo.

La mayoría de los internacionales tampoco se detuvo ante los micrófonos. No obstante, Casillas y Albelda dejaron constancia de que esa medida no se había adoptado de forma colegiada. Cada cual decidió lo que creyó conveniente.

Aparte las críticas por el mal juego en Reikiavik y Oviedo, el trasfondo del asunto gira en torno a los celos de los futbolistas hacia los baloncestistas. Ayer mismo se comparó a unos y otros en diversos medios de forma desfavorable: ellos, eludiendo a los aficionados; sus colegas, firmándoles autógrafos. Cuando Gasol y compañía ganaron el Mundial, ya sucedió algo similar.

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