Una agenda muy apretada

La selección española de baloncesto se ha visto obligada, en su condición de campeona mundial y anfitriona de un gran torneo internacional, a asumir un sinfín de compromisos publicitarios, actos institucionales, recepciones y todo tipo de eventos que poco o nada tienen que ver con lo estrictamente deportivo. Pepu Hernández, su técnico, avisaba desde antes de comenzar la competición de que sus jugadores deberían lidiar con lo que él denomina "presión externa", unas expectativas y atenciones creadas en torno a un grupo que siempre se muestra solícito a atender a la prensa y a los aficionados. Pe...

La selección española de baloncesto se ha visto obligada, en su condición de campeona mundial y anfitriona de un gran torneo internacional, a asumir un sinfín de compromisos publicitarios, actos institucionales, recepciones y todo tipo de eventos que poco o nada tienen que ver con lo estrictamente deportivo. Pepu Hernández, su técnico, avisaba desde antes de comenzar la competición de que sus jugadores deberían lidiar con lo que él denomina "presión externa", unas expectativas y atenciones creadas en torno a un grupo que siempre se muestra solícito a atender a la prensa y a los aficionados. Pero advertía de que un exceso de esas atenciones podría generar una tensión e incluso un hartazgo que podría resultar contraproducente en el devenir del campeonato.

Desde que el equipo se concentró en la localidad gaditana de San Fernando, a finales de julio, el ritmo ha sido frenético. Presentaciones de libros, pesados actos concertados por los patrocinadores y hasta visitas guiadas a centrales lecheras, todo en el marco de una extensa gira de preparación del Eurobasket, desde Jerez de la Frontera hasta Alicante pasando por Logroño, Gijón, Ourense, Castellón, Valencia y Palma de Mallorca. Todas, ciudades en las que sus respectivos cargos públicos no han dejado pasar la oportunidad de hacerse la foto de rigor al lado de Pau Gasol y compañía.

El pasado miércoles, tras la dolorosa derrota frente a Croacia (85-84), que cortó una impresionante racha de imbatibilidad de 28 partidos, los jugadores de Pepu tuvieron que viajar de madrugada hasta Madrid en un AVE especial que los jugadores compartieron con los técnicos de la federación y los medios de comunicación. Llegaron a la capital española pasadas las tres de la madrugada del jueves y una multitud de seguidores se congregó ya en la estación de Atocha para conseguir autógrafos y sacarse fotos con sus ídolos. Pese al cansancio, después de tres intensos partidos y de las ganas de llegar al hotel de la concentración, los jugadores y el seleccionador aceptaron de buen grado atender a los aficionados.

Después de unas horas de descanso, sobre la una de la tarde de ese mismo día, otro acto institucional. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acompañado por el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, hizo entrega a la selección del nuevo DNI electrónico.

Y ayer, tras el entrenamiento previo al partido frente a Grecia, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, visitó al equipo en el Madrid Arena para desearle suerte en la segunda fase del torneo.

Comienza la recta final del Europeo y la concentración será un factor decisivo para conseguir un buen resultado. El equipo ya ha deslizado que le gustaría algo más de intimidad para centrarse en los próximos partidos. Como declaró Pau Gasol en una entrevista a este periódico hace unos días: "A veces, nos gustaría que la atención fuera un poquito menor".