Cartas al director

Hemorragia cerebral interna

Hace años se acuñó la expresión "fuga de cerebros" para referirse al catastrófico fenómeno por el que un país pierde capital humano de primera clase en el terreno de la ciencia, la cultura, la tecnología, el arte, etcétera. España conoce bien esta hemorragia social: del exilio republicano nutrimos con lo mejor de una generación a Latinoamérica y Europa, huida que ya no cesó en décadas.

Hoy, afortunadamente, tenemos la voluntad de recuperar en parte esa pérdida, y ponemos en marcha insuficientes pero esperanzadores proyectos para facilitar la vuelta de científicos y artistas. Paralelamen...

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Hace años se acuñó la expresión "fuga de cerebros" para referirse al catastrófico fenómeno por el que un país pierde capital humano de primera clase en el terreno de la ciencia, la cultura, la tecnología, el arte, etcétera. España conoce bien esta hemorragia social: del exilio republicano nutrimos con lo mejor de una generación a Latinoamérica y Europa, huida que ya no cesó en décadas.

Hoy, afortunadamente, tenemos la voluntad de recuperar en parte esa pérdida, y ponemos en marcha insuficientes pero esperanzadores proyectos para facilitar la vuelta de científicos y artistas. Paralelamente, de un tiempo a esta parte, asisto incrédulo, impotente y descorazonado a un goteo interminable de programas despedida en los que profesionales altamente cualificados y en la flor de su vida productiva abandonan forzosamente la radio y televisión públicas entre los aplausos de personas destacadas del periodismo, del mundo cultural en general y de la audiencia, que lamenta cada pérdida, cada despido en forma de prejubilación. Y yo me pregunto: ¿cuáles son los parámetros de coste-beneficio social que justifican esta, en mi humilde opinión, desafortunada nueva hemorragia cerebral interna.

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