Las Peñas acaban con toneladas de basura y destrozos en Pontevedra

La zona del Campillo de Santa María de Pontevedra se encuentra bien vallada y con agujeros de obra en el antiguo parque infantil de tierra. Esto no es un impedimento para los jóvenes que echan abajo el cierre metálico y se asientan en esta área, donde llevan más de diez años bebiendo cada fin de semana. Esta situación llegó a su punto crítico el pasado sábado 4 y se repitió los días 5, 11 y 12, días de celebración de las Peñas.

Esta fiesta proviene de las peñas de amigos que acudían a la plaza de toros a ver las corridas en las fiestas de la Peregrina. Pero la tradición acabó atrayendo ...

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La zona del Campillo de Santa María de Pontevedra se encuentra bien vallada y con agujeros de obra en el antiguo parque infantil de tierra. Esto no es un impedimento para los jóvenes que echan abajo el cierre metálico y se asientan en esta área, donde llevan más de diez años bebiendo cada fin de semana. Esta situación llegó a su punto crítico el pasado sábado 4 y se repitió los días 5, 11 y 12, días de celebración de las Peñas.

Esta fiesta proviene de las peñas de amigos que acudían a la plaza de toros a ver las corridas en las fiestas de la Peregrina. Pero la tradición acabó atrayendo a miles de jóvenes, y no tan jóvenes, que llenan el casco antiguo de la ciudad. La mayoría de ellos ni siquiera han visto nunca una corrida y sorprende ver camisetas con la leyenda "Peña Antitaurina" en unas fiestas que ensalzan precisamente eso, los toros.

Esta situación terminó por sobrepasar la paciencia de la Coordinadora de Peñas Taurinas, que a principios de agosto lanzó una campaña bajo el lema Coordina: no des pena taurina, con el fin de promover una fiesta desde el respeto a la ciudad y a los vecinos. Sin embargo, lo que más desconcierta a este colectivo es la actitud del gobierno local: "Parece que la concejala de Festas vive en otro planeta cuando dice que el balance es positivo".

La concejala es la nacionalista Anxos Ribeiro, quien considera que con tanta gente el balance es "bastante positivo". "El comportamiento humano fue estupendo", añade. Pero en el Campillo las cosas no fueron tan bien. Varias casas de la zona acabaron con los cristales rotos, las macetas por el suelo y las fachadas llenas de vino y pintadas. Allí no suele haber policía y algunos vecinos afirman que, aunque se les llame, ellos no entran nunca en esta zona. Ribeiro desmiente este punto. "No es verdad que no haya policía", pero "no se trata de poner unas súper fuerzas de orden público, porque eso puede generar una situación peor".

Durante los cuatro días se han recogido más de 100 toneladas de basura entre plásticos, carritos de supermercado y vidrio, una cifra récord hasta ahora.

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