Reportaje:ÓPERA

Decepcionante Lindsay Kemp

Una desangelada producción de 'Los cuentos de Hoffmann' defrauda las expectativas en el Festival de Peralada

La principal apuesta operística del Festival de Peralada (Girona), un nuevo montaje de Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach, con el sello escénico de Lindsay Kemp, apenas levantó el vuelo en su estreno, anteanoche, en el auditorio de los jardines del castillo de la población ampurdanesa. Faltó magia, humor y emoción en una propuesta escénica trasnochada y cargada de tópicos que tampoco levantó cabeza en lo musical, bajo la batuta de Miquel Ortega. En el papel titular, el tenor venezolano Aquiles Machado defraudó las expectativas, al frente de un discreto reparto en el que sólo brilló l...

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La principal apuesta operística del Festival de Peralada (Girona), un nuevo montaje de Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach, con el sello escénico de Lindsay Kemp, apenas levantó el vuelo en su estreno, anteanoche, en el auditorio de los jardines del castillo de la población ampurdanesa. Faltó magia, humor y emoción en una propuesta escénica trasnochada y cargada de tópicos que tampoco levantó cabeza en lo musical, bajo la batuta de Miquel Ortega. En el papel titular, el tenor venezolano Aquiles Machado defraudó las expectativas, al frente de un discreto reparto en el que sólo brilló la soprano española María José Moreno con una Olympia de radiantes agudos.

El montaje, del que hoy se ofrece una segunda y última función en Peralada, es una coproducción con la Quincena Musical de San Sebastián, que lo presentará el 11 y el 13 de agosto, y el Palacio de Festivales de Cantabria, que lo hará el próximo 20 de noviembre y el 1 de diciembre.

El aburrimiento ganó la partida a la fantasía en una concepción teatral de puro cartón piedra, con una escenografía de Giuliano Spinelli que apenas deja huella, por mil veces vista, y una correcta iluminación de Quico Gutiérrez. Tampoco fueron bien las cosas en el foso, con una plana e irregular dirección de Miquel Ortega, con muchas caídas de tensión y pobre presencia sonora de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.

La decepción en lo vocal aún fue mayor. Aquiles Machado era el máximo gancho, y se esperaba mucho de él, porque Hoffmann es un papel que le ha dado grandes éxitos, pero no tuvo su noche: agudos sin brillo, color apagado, respiración trabajosa, emisión dura y poco lirismo en su canto.

De las tres sopranos que encarnan en la ópera los ideales de belleza soñados por el poeta alcoholizado, triunfó María José Moreno con una Olympia divertida y brillante en la pirotecnia vocal. En el papel de Antonia, la italiana Annamaria Dell'Oste tuvo momentos emotivos, mientras que su compatriota Giuseppina Piunti fue una estridente y poco refinada Giulietta. Hay que aplaudir el meticuloso y honesto trabajo del bajo Felipe Bou en su interpretación de los cuatro villanos de la ópera. Sus medios son limitados para afrontar con éxito tamaño reto vocal y escénico, pero se entregó a la faena con agallas. La actuación de la mezzosoprano francesa Annie Vavrille en el papel de Nicklausse no pasó de discreta. Del resto de intérpretes, algunos asumiendo varios papeles, lamentar el poco relieve del barítono Armando Ariostini y del tenor cómico y coreógrafo francés François Testory, y aplaudir el buen hacer de tres jóvenes voces españolas -los barítonos Manel Esteve y Marcos Moncloa, y el tenor Manuel de Diego- y de la actriz mexicana Jimena Trueba. Muy floja actuación del Coro Lírico de Cantabria, torpe en lo escénico y fuera de estilo.

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