Triste Tour
Podía haber empleado hoy mi tiempo en cosas mejores, pero al final he cedido a la tentación y he encendido el televisor. Y he visto una contrarreloj bastante interesante, la verdad, con la emoción en el aire hasta el final, pero para qué voy a mentir, la he vivido con tan poca pasión como si fuese una película de ésas de serie B que puedes ver de madrugada en una noche cualquiera de insomnio.
Al final, como se preveía, ha ganado Contador. Bueno, la etapa la ha ganado su compañero, que no ha estado muy lejos ni de meterse en el segundo lugar del cajón, ni de poner en dificultades a su co...
Podía haber empleado hoy mi tiempo en cosas mejores, pero al final he cedido a la tentación y he encendido el televisor. Y he visto una contrarreloj bastante interesante, la verdad, con la emoción en el aire hasta el final, pero para qué voy a mentir, la he vivido con tan poca pasión como si fuese una película de ésas de serie B que puedes ver de madrugada en una noche cualquiera de insomnio.
Al final, como se preveía, ha ganado Contador. Bueno, la etapa la ha ganado su compañero, que no ha estado muy lejos ni de meterse en el segundo lugar del cajón, ni de poner en dificultades a su compañero. Evans también lo ha intentado con ahínco, y no le ha dejado respirar tranquilo al líder hasta la misma raya. Bravo por él.
También han pasado cosas curiosas. El viernes por la noche me comentaron un rumor: Soler, el colombiano líder de la montaña, había dado positivo en un control antidopaje. Ayer, sábado por la mañana, una radio alemana (estoy corriendo una carrera en Alemania, por si no lo he dicho) daba este rumor por válido y hacia la noticia oficial. Y ayer sábado por la tarde vi a Soler disputar la contrarreloj con su buzo blanco de lunares rojos como si nada hubiese pasado. Pues vale. Quizá mientras escribo esto haya nuevas noticias, no lo sé, pero la verdad es que estoy voluntariamente desconectado del mundo, así que ya tengo un motivo para ver el podio del domingo en París: ¿estará allí Soler?
El que sí estará será Alberto Contador, feliz con su maillot amarillo (bueno, y con el blanco de mejor joven de la carrera, pero ése ya no le importa a nadie). Me alegro por él y le felicito, pero en cierta manera me da pena que sea el ganador de esta edición. Una edición que está marcada. Al menos para mí (y creo que no soy el único), este año no quedará en mi memoria como un Tour de Francia como otro cualquiera. Si la carrera llega a París, como parece ser que va a pasar, tiene que haber un ganador, claro. Y de todos los posibles él ha sido el que más meritos ha hecho para conseguirlo, eso sin duda, y por tanto ha sido un justo ganador. Pero yo creo que nunca deberían haber llegado...
No obstante, creo que Contador, aunque no hubiese ganado este año, había demostrado claramente que tenía el Tour de Francia en sus piernas. Es joven y agresivo, y siendo un corredor completo, es capaz de marcar la diferencia en montaña. Además, sabe interpretar bien la carrera y tienen un gran equipo que le respalda. Por cierto, con mucha experiencia acumulada en estas lides. Quizá hemos asistido estos días al nacimiento de una nueva superstar, como le definió ayer su compañero de equipo Leipheimer. Quizá, pero espero que su destino no quede marcado por cuándo fue su nacimiento deportivo. En medio de una gran crisis en el ciclismo, en un triste Tour del año 2007.