La policía detiene a un delincuente fugado que acababa de secuestrar a su hijo de siete años

Le llaman El Rana y hasta ayer era un delincuente escurridizo. Condenado por robos con fuerza, hurto de vehículos, violencia de género y secuestro, Daniel G. V., madrileño de 27 años, logró fugarse dos veces de la cárcel. Pero el juego del gato y el ratón se terminó. La policía detuvo a El Rana el viernes pasado en una gasolinera de Pinto, acompañado de su hijo de siete años al que acababa de secuestrar.

Una vez más, intentó escapar. Se metió en el Renault con el que había llegado a la estación de servicio y cuando los policías iban a esposarlo, golpeó a uno de ellos con la puerta del v...

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Le llaman El Rana y hasta ayer era un delincuente escurridizo. Condenado por robos con fuerza, hurto de vehículos, violencia de género y secuestro, Daniel G. V., madrileño de 27 años, logró fugarse dos veces de la cárcel. Pero el juego del gato y el ratón se terminó. La policía detuvo a El Rana el viernes pasado en una gasolinera de Pinto, acompañado de su hijo de siete años al que acababa de secuestrar.

Una vez más, intentó escapar. Se metió en el Renault con el que había llegado a la estación de servicio y cuando los policías iban a esposarlo, golpeó a uno de ellos con la puerta del vehículo y aceleró. A punto estuvo de atropellar a su propio hijo, que le esperaba fuera. Uno de los agentes consiguió apartarlo a tiempo. Sucedió todo el pasado 20 de julio. Los agentes habían detectado la presencia del sospechoso sobre la una del mediodía. Daniel G. V. había secuestrado pocas horas antes a su hijo. Se lo llevó de casa de sus bisabuelos "sin recoger la ropa del pequeño, que lloraba y no quería ir con él", afirmó un portavoz policial.

En marzo, un juzgado le había prohibido verlo y comunicarse con él. La madre del niño y compañera sentimental de Daniel G. V. hasta 2003 le había denunciado por malos tratos y el juez había dictado una orden de alejamiento contra él. Además, la mujer ya denunció un secuestro del pequeño a principios de julio. Pero el pasado viernes, como si de una película de acción se tratase, uno de los policías logró abrir la puerta del coche ya en marcha. Apretó el pedal de freno con una mano y paró el vehículo. A pesar de todo, "otros policías tuvieron que emplear la fuerza para reducir al delincuente, porque mostraba una gran agresividad", afirmaron fuentes policiales. Tanto el coche como el permiso de conducir de Daniel G. V. eran robados.

La suerte de El Rana estuvo de su parte el pasado mes de julio y, antes, el pasado 10 de mayo. En la primera ocasión, hace un año, se fugó de la enfermería del Centro Penitenciario Madrid II, donde cumplía condena preventiva por robo con violencia. Según la policía, estuvo escondido en la maleza desde las ocho de la mañana hasta la noche, cuando pudo alejarse sin ser visto. Su segunda fuga es más reciente, hace sólo cuatro meses. Aprovechó el despiste de los agentes y se escapó en la rampa de la plaza de Castilla cuando era conducido a la cárcel de Soto del Real. Esa vez, el juez había decretado para él "prisión preventiva con auto de ingreso en la cárcel".

Daniel G. V., delincuente habitual muy conocido en el distrito de Usera, pertenecía a un grupo especializado en delitos contra el patrimonio. La policía lo desarticuló en mayo y detuvo a 20 personas, incluido a él. Contra él pesan 10 reclamaciones judiciales y 26 acusaciones por secuestro, amenazas, robos con violencia, hurto de vehículos y desobediencia. El Rana se encontraba ayer otra vez a disposición judicial.

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