Reportaje:

Una boda con una amiga menos

Una mujer que viajó a Madrid para el enlace de una compañera muere en el accidente de un taxi que hizo un giro prohibido

Maribel había cumplido 29 años el 11 de junio, sonreía siempre y quería comerse el mundo. "Maribel era un cielo", dice una amiga suya mientras hunde la mirada en el suelo. "Y tenía toda una carrera por delante". Lo que ocurrió nadie se lo podía haber imaginado. Era odontóloga.

Murió en un accidente por la presunta negligencia de un taxista. Iba con su novio, al que había conocido hace unos meses. Él salió ileso. Sólo recibió unos golpes.

Maribel era María Isabel Carballo Mas y le encantaba el sol y la playa. Por unos días se alejó de ellos. La razón: la boda de una compañera del ...

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Maribel había cumplido 29 años el 11 de junio, sonreía siempre y quería comerse el mundo. "Maribel era un cielo", dice una amiga suya mientras hunde la mirada en el suelo. "Y tenía toda una carrera por delante". Lo que ocurrió nadie se lo podía haber imaginado. Era odontóloga.

Murió en un accidente por la presunta negligencia de un taxista. Iba con su novio, al que había conocido hace unos meses. Él salió ileso. Sólo recibió unos golpes.

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Maribel era María Isabel Carballo Mas y le encantaba el sol y la playa. Por unos días se alejó de ellos. La razón: la boda de una compañera del master de Ortodoncia que cursó hace unos años en la Universidad Complutense. En ese master había gente de muchas partes de España. Solían verse en ocasiones como ésta.

Maribel y su novio regresaban a su hotel en el centro de la capital, entrada la madrugada, cerca de las cuatro. El taxista, a los mandos de un Skoda Octavia, enfiló por la calle del Príncipe de Vergara en sentido hacia el parque del Retiro. A la altura de la calle de Goya, el conductor decidió girar a la izquierda, en una maniobra que está prohibida. De frente, un Seat Ibiza, que no pudo frenar. Chocó con la parte trasera derecha del taxi. En esa parte viajaba Maribel. Ella recibió toda la fuerza del impacto. Murió prácticamente en el acto. Eran las 3.45. El conductor del Ibiza dio positivo en la prueba de alcoholemia. El taxista, no.

En una sala oscura del tanatorio estaba ayer la familia de Maribel. En silencio. Sus amigos del master se encontraban allí. Al final, el banquete no se celebró. No, porque ayer fue un día de luto. Sólo la misa y una cena a la que asistieron los más allegados a los contrayentes. A esa cena no quiso ir ningún amigo del master.

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"Maribel era muy amiga de sus amigos y muy dinámica", declaraba ayer un primo suyo sin creerse todavía lo que había ocurrido. Su hermano sólo repetía que era "una persona diez, inteligentísima y trabajadora". Y añadía: "Esto no debería de haber ocurrido. Que no vuelva a pasar. Este hombre pagará. Nos encargaremos". Maribel, la deportista, lo tenía todo, recordaban. "El master era muy difícil y su profesión, también. Ella lo había conseguido". Lo consiguió, explicaban, por las ganas que tenía de luchar en la vida.

Los bomberos ante uno de los coches accidentados, en la madrugada de ayer.

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