Reportaje:GREC'07

La bella y las máquinas sonoras

Roland Olbeter estrena la versión definitiva de 'Orlando furioso!'

Podría ser uno más de los célebres inventos del TBO y el alemán Roland Olbeter (Hannover, 1955), el sabio profesor Franz de Copenhague si no fuera que estamos en el siglo XXI, cuando los avances tecnológicos permiten hacer realidad la más increíble de las fantasías imaginables. Olbeter, ex violinista, ingeniero mecánico y escenógrafo habitual de La Fura dels Baus, para quien ha diseñado monumentales artilugios mecánicos, ha creado en su nueva faceta de lutier cinco instrumentos -dos violines, una viola, un violonchelo y un tambor- que suenan sin necesidad de que los...

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Podría ser uno más de los célebres inventos del TBO y el alemán Roland Olbeter (Hannover, 1955), el sabio profesor Franz de Copenhague si no fuera que estamos en el siglo XXI, cuando los avances tecnológicos permiten hacer realidad la más increíble de las fantasías imaginables. Olbeter, ex violinista, ingeniero mecánico y escenógrafo habitual de La Fura dels Baus, para quien ha diseñado monumentales artilugios mecánicos, ha creado en su nueva faceta de lutier cinco instrumentos -dos violines, una viola, un violonchelo y un tambor- que suenan sin necesidad de que los toque ningún músico y que tienen una apariencia y sonoridad, que salvo el tambor, recuerdan más a un instrumento de viento-metal con montones de cables por fuera, por aspecto, y a un clavicémbalo, por sonido. Con ellos y la voz de una cantante, la mezzosoprano Claudia Schneider, ha creado Orlando furioso!, un "concierto para cuarteto de cuerda, tambor y soprano", según su propia definición, cuya última y definitiva versión (hace dos años se presentó la primera) se presenta hoy y mañana en la sala 3 del Auditori dentro del Grec.

A partir del poema Orlando furioso escrito por Ludovico Ariosto en 1516, el trompetista y compositor alemán Michael Gross ha compuesto una música de estilo clásico que sólo traspasa ese carácter en el viaje a la luna, donde Schneider tiene pasajes vocales propios de la música pop y el rap. Las notas de la partitura han sido introducidas en un programa informático que al ejecutarse hace sonar, mediante un impulso eléctrico, las cuerdas de los instrumentos y mueve las baquetas del tambor.

Las imágenes videográficas en blanco y negro creadas por Franc Aleu, colaborador habitual de La Fura, completan el espectáculo. Las cinco máquinas sonoras de Olbeter se exhibirán después en Caixafòrum.

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