Reportaje:

Desde el viento hasta el sol

La firma toledana GEA se especializa en la instalación de placas solares

Vicente Maqueda y Francisco Comendador son dos jóvenes empresarios a los que ahora todos premian y nombran como ejemplo de gestores propietarios de Generaciones Eléctricas Alternativas (GEA), una firma asentada en el toledano pueblo de La Villa de Don Fadrique, igual que su división de la que forma parte Generaciones Fotovoltaicas de la Mancha (GFM), especializada en la instalación de placas solares. Toda una historia de éxito.

Pero, como en toda historia de éxito, siempre hay un pasado de tropezones, caídas e, incluso mofas, "como cuando tratamos de montar, con escasa fortuna, instalac...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Vicente Maqueda y Francisco Comendador son dos jóvenes empresarios a los que ahora todos premian y nombran como ejemplo de gestores propietarios de Generaciones Eléctricas Alternativas (GEA), una firma asentada en el toledano pueblo de La Villa de Don Fadrique, igual que su división de la que forma parte Generaciones Fotovoltaicas de la Mancha (GFM), especializada en la instalación de placas solares. Toda una historia de éxito.

Vicente y Francisco se conocieron cuando tenían 17 años y trabajaban en la cadena de montaje de una fábrica de puertas
Los empresarios trataron de buscar nuevos socios, pero todo fue en vano. Al final, acabaron por vender las concesiones para energía eólica
El grupo GEA, en pleno proceso de expansión, está promocionando 'huertas solares' en varias localidades de Toledo y Cuenca

Pero, como en toda historia de éxito, siempre hay un pasado de tropezones, caídas e, incluso mofas, "como cuando tratamos de montar, con escasa fortuna, instalaciones eólicas... y en el pueblo nos decían, con sorna, que éramos los que querían vivir del viento", recuerdan. Hoy, cuando la etapa eólica quedó atrás y facturan entorno a los dos millones de euros instalando pangías fotovoltaicas -"por tema de patentes, no podemos utilizar la palabra huerto, pero, básicamente lo que hacemos es instalar paneles solares fotovoltaicos en terrenos baldíos"- nadie se ríe ya de ellos y de unas ideas de negocio que, desde el año 2004, han permitido a GFM instalar un megavatio de potencia.

"Con 17 años estábamos trabajando en la cadena de montaje de una fábrica de puertas". Allí es donde Vicente y Francisco comenzaron a trabar una relación que se mantuvo cuando sus carreras profesionales se separaron. El primero que emprende su propio vuelo es Francisco, quien deja la fábrica para abrir una tienda en Ciudad Real -"también de puertas"-. Poco después es Vicente quien abandona la factoría y se dedica a la fabricación de futbolines e instalación, billares, máquinas recreativas y de café -"para el año 2000 nuestras vidas parecían resultas, que íbamos por buen camino"-.

El azar también cuenta

Pero la casualidad se cruza en su vida: "Llevé a unos amigos a ver los molinos de Mota del Cuervo y me di cuenta de las posibilidades que tenían. Vi claro que tenía que poner un molino... y busqué a Francisco".

Así, un 31 de mayo, los dos socios marchan al Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), les propusimos que nos financiaran la mitad del proyecto, a devolver con los primeros beneficios. Nos dijeron que sí y nos tiramos todo el verano buscando una ubicación con esas características... y que aún estuviera libre. Al final, dieron en la Consejería de Industria y Tecnología con el mapa de las concesiones ya dadas. "Nos encontramos con casi todo el territorio marcado, excepto nuestro pueblo. Decidimos pedirlo y lo obtuvimos pagando 16.000 pesetas de la publicación y 200.000 de la memoria técnica. Y empezamos a invertir dinero y más dinero...Todo para que, los proyectos que presentamos en 2000 estén aún en tramitación".

Las deudas aumentaban sin fin y sus pequeñas empresas autónomas no daban abasto para cubrir los gastos - "el año 2003 fue muy duro. Y hasta nuestros socios tecnológicos nos acabaron por abandonar cuando les debíamos 200.000 euros en material. Como fuente de recursos, acabamos instalando tecnología eólica para otros"-. Vicente y Francisco trataron de buscar nuevos socios, pero todo fue en vano -"al final, por puro agotamiento económico y personal, acabamos vendiendo las concesiones más viables en septiembre de 2004"-.

Con una cierta experiencia en septiembre de 2002 ya habíamos instalado 20 kilovatios, vimos que podía ser un negocio a nuestra medida. Todo parece haber funcionado bien, somos una empresa de 18 personas entre las que se incluyen ingenieros y abogados.

Hoy, tras unos comienzos titubeantes, el Grupo GEA, en pleno proceso de expansión -"actualmente estamos promocionando nuestras huertas solares en los pueblos de Escalonilla, Mesegar de Tajo, Rielves (todas localidades toledanas) y El Pedernoso (Cuenca)"- se ha convertido en referencia en el sector de las energías renovables en España.

Vicente Maqueda y Francisco Comendador.

Archivado En