Reportaje:

Cerrado por hundimiento

Clausurada la piscina de La Concepción tras ceder el suelo de las duchas

"Esto es un desastre", sentencia moviendo la cabeza una de las responsables de cuidar la piscina municipal de La Concepción, en la calle José Del Hierro, distrito de Ciudad Lineal (215.000 habitantes). El desastre es que la instalación tuvo que ser cerrada ayer a las nueve de la mañana porque se hundió el suelo. Desaparecieron absorbidos por la gravedad los ladrillos que rodean las duchas aledañas a la pileta y los técnicos sospechan que el vaso, o sea, el rectángulo donde aún ayer reposaba el agua, está a punto de seguir la misma suerte.

Según algunos usuarios frecuentes "hay una balsa...

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"Esto es un desastre", sentencia moviendo la cabeza una de las responsables de cuidar la piscina municipal de La Concepción, en la calle José Del Hierro, distrito de Ciudad Lineal (215.000 habitantes). El desastre es que la instalación tuvo que ser cerrada ayer a las nueve de la mañana porque se hundió el suelo. Desaparecieron absorbidos por la gravedad los ladrillos que rodean las duchas aledañas a la pileta y los técnicos sospechan que el vaso, o sea, el rectángulo donde aún ayer reposaba el agua, está a punto de seguir la misma suerte.

Según algunos usuarios frecuentes "hay una balsa interior de agua por las filtraciones que llega hasta la maquinaria". El servicio de baño infantil y la piscina cubierta no se han visto afectadas. Aunque la instalación bajo techo se cierra en verano. Los bañistas del barrio -potencialmente, cerca de 20.000- tendrán que usar las alternativas cercanas de La Elipa (Parque de La Elipa, 6), San Blas (Arcos del Jalón), Hortaleza (carretera de la Estación de Hortaleza) y Luis Aragonés de Hortaleza (El Provencio, 20).

La decisión del cierre la tomó el nuevo concejal del distrito de Ciudad Lineal, Manuel Troitiño, después de escuchar a los técnicos municipales que visitaron a primera hora la pileta. No hay fecha para su reapertura.

Ayer por la tarde, los habituales visitantes estaban frustrados, sentados en unos bancos cercanos y "sin ni siquiera poder tomar el sol". Algunos de ellos advertían de que ya habían avisado de las deficiencias de lugar.

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