Reportaje:

Vestas saca pecho con el viento

La industria eólica no es capaz de atender el tirón de la demanda mundial de molinos

Los fabricantes de molinos de viento están eufóricos. Nunca como ahora la demanda de máquinas para generar electricidad ha sido tan fuerte. La política de incentivos fiscales impulsada por Estados Unidos ha puesto en ascuas al mercado. Todas las grandes compañías quieren explotar parques eólicos. Hasta Coca-Cola se ha metido en el negocio. No hay molinos para todos.

Desde la cima del escalafón eólico, la compañía danesa Vestas, pionera en el desarrollo de aerogeneradores, observa el panorama con orgullo. El 28% del mercado mundial de los molinos es suyo. Y ocupa uno de los tres primeros...

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Los fabricantes de molinos de viento están eufóricos. Nunca como ahora la demanda de máquinas para generar electricidad ha sido tan fuerte. La política de incentivos fiscales impulsada por Estados Unidos ha puesto en ascuas al mercado. Todas las grandes compañías quieren explotar parques eólicos. Hasta Coca-Cola se ha metido en el negocio. No hay molinos para todos.

"Hace 20 años el barril de petróleo costaba ocho dólares. Desde entonces el PIB de Dinamarca ha crecido un 50%, sin aumentar la importación de energía"

Desde la cima del escalafón eólico, la compañía danesa Vestas, pionera en el desarrollo de aerogeneradores, observa el panorama con orgullo. El 28% del mercado mundial de los molinos es suyo. Y ocupa uno de los tres primeros puestos por ventas en la mayoría de los países con un avanzado desarrollo de la energía eólica.

El presidente de Vestas, Ditlev Engel, recorre las capitales financieras para ofrecer a los analistas de los buenos resultados de la compañía. En 2006 facturó 3.854 millones de euros y vendió generadores por una potencia global de 4.239 megavatios, el equivalente a cuatro centrales nucleares, si soplara el viento en continuo.

Tal y como está el mercado, la tendencia a mejorar los resultados no para. En el primer trimestre del año, Vestas ha ingresado 760 millones, un 6% más que en el mismo periodo de 2006.

Los beneficios no sólo sonríen a Vestas. El sector eólico atraviesa un momento dulce auspiciado por el impulso de Estados Unidos. Desde el año pasado, grandes corporaciones norteamericanas completamente ajenas al sector, como es el caso de la cadena popular de almacenes Wall-Mart o el fabricante de refrescos Coca-Cola, han aterrizado en la construcción de parques eólicos -en España han seguido esa estela hasta fabricantes de quesos, como Forlasa-, impulsados por incentivos fiscales. El Gobierno de Estados Unidos ha dispuesto desde el año pasado que es deducible fiscalmente "el 30% de cualquier beneficio empresarial si se reinvierte en un parque eólico", recuerda Alberto Ceña, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica, que agrupa a los grandes fabricantes de aerogeneradores y a los promotores de parques eólicos en España.

Este incentivo supone un ingreso de 0,16 euros el kilovatio/hora sobre el precio de venta de la energía y estará vigente hasta finales de 2008. Los parques eólicos se benefician, además, de otros incentivos estatales o municipales por coste evitado de combustible fósil consumido, certificados verdes y otros instrumentos aplicados al uso de energías alternativas.

El espejo danés

La moda de los parques eólicos invade Estados Unidos, donde este año se prevé la instalación de 3.000 megavatios de potencia, el doble que España, titular hasta ahora del segundo puesto mundial en energía eólica, detrás de Alemania.

Ni Vestas, ni Gamesa -segundo fabricante mundial-, ni GE Wind, Enercon, Suzlon o Siemens son capaces de atender a la fuerte demanda mundial de molinos y tardan más de medio año en entregar los pedidos. La posición de liderazgo de Vestas es tan ventajosa, según fuentes del sector, que no se molesta en buscar clientes. Sólo entrega máquinas a los promotores que más garantías le ofrecen en cumplir los plazos para terminar un parque eólico.

Ditlev Engel sostiene que todavía hay mucho margen para este negocio. El ejemplo lo tiene cercano, en su propia casa: "Cuando empezó Vestas hace 20 años, el precio del petróleo basculada entre los ocho y los nueve dólares el barril. Nadie, entonces, había oído hablar del calentamiento global ni de la dependencia energética. Desde entonces, el PIB de Dinamarca ha crecido un 50%, tiene un enorme superávit y no ha aumentado sus importaciones de energía; el 20% de nuestra electricidad proviene del viento". En España sólo llegó al 8% en 2006.

Engel está convencido de que el camino recorrido por Dinamarca será seguido por la Unión Europea, Estados Unidos, China, India, con lo que el mercado eólico tiene el futuro garantizado en territorios inmaduros. En los maduros, el desafío está en sustituir las viejas y pequeñas máquinas de poca potencia por otras a partir de tres megavatios, donde su cuota de mercado roza el 87% mundial.

No muestra interés por los molinos marinos, de los que tanto se habla. "El viento sopla más sobre el agua que en la tierra, pero la capacidad de montaje es muy limitada; de los 75.000 megavatios instalados en el mundo sólo 700 son marinos y 400 están en Dinamarca. Salen muy caros".

Desde que Gamesa vuela autónoma en España (inició su trayectoria con patentes adquiridas a la danesa), Vestas ha reforzado su presencia. Desde Barcelona gestiona el mercado de todo el Meditereráneo y ha creado centros de producción en Lugo, León y Ciudad Real.

Un vendaval indio irrumpe en el mercado eólico

India ha irrumpido en el mercado de los molinos eólicos como un vendaval. La compañía Suzlon, con base en Mumbai, ocupa el quinto puesto mundial entre los diez primeros fabricantes de turbinas y ostenta con su máquina de cinco megavatios el liderazgo del molino más potente.

En su agresiva política de crecimiento, Suzlon ha incorporado a sus filas a equipos completos de técnicos europeos y ha ubicado en el viejo continente a una parte destacada de sus directivos y servicios tecnológicos. La dirección del grupo está en Amsterdam y la de marketing, en Aarhus, Dinamarca.

A principios de mes cerró la compra del 33,85% de la alemana REpower en una operación avalada por sus socios, la francesa Areva (reactores nucleares) y la portuguesa Martifer, que ha anunciado un plan para invertir 757 millones de euros en energías limpias en el país vecino durante los próximos tres años. Suzlon se ha hecho también con la belga Hansen Transmissions, el segundo fabricante mundial de engranajes. Suzlon está presente en 14 países y acaba de firmar un contrato por 525 millones de euros con la californiana Edison MG para entregarle, en los próximos dos años, 300 molinos capaces de generar 630 megavatios de energía. En España (Soria) ya tiene en funcionamiento un parque eólico.

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