Reportaje:Fútbol | 37ª jornada de Liga

"¿Enhorabuena por nosotros? ¡Enhorabuena por Tamudo!"

Los jugadores del Madrid agradecen los goles del delantero del Espanyol al Barça

El avión que trasladó al Madrid desde Zaragoza, tras empatar (2-2) en La Romareda, se convirtió en el salón improvisado de una fiesta. Las azafatas empezaron a repartir la cerveza antes del despegue. En medio del jolgorio, el presidente, Ramón Calderón, hablaba de un partido "de infarto". En los asientos traseros, los directivos, el cuerpo técnico, y los jugadores, celebraron una jornada de las que provocan temblor en el cuerpo durante varias horas. Era la una de la madrugada y la resaca emocional repercutía en el pasaje. La reflexión más seria sobre lo sucedido la hizo uno de los capitanes ma...

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El avión que trasladó al Madrid desde Zaragoza, tras empatar (2-2) en La Romareda, se convirtió en el salón improvisado de una fiesta. Las azafatas empezaron a repartir la cerveza antes del despegue. En medio del jolgorio, el presidente, Ramón Calderón, hablaba de un partido "de infarto". En los asientos traseros, los directivos, el cuerpo técnico, y los jugadores, celebraron una jornada de las que provocan temblor en el cuerpo durante varias horas. Era la una de la madrugada y la resaca emocional repercutía en el pasaje. La reflexión más seria sobre lo sucedido la hizo uno de los capitanes madridistas. Un hombre lúcido y agradecido. Cuando le dieron la enhorabuena por el empate en La Romareda replicó: "¿Enhorabuena por nosotros? ¡Enhorabuena por Tamudo!".

El delantero del Espanyol, autor de dos goles al Barça en el Camp Nou, fue el artífice imprescindible de la alegría madridista. Sin el 2-2 del Barcelona, el 2-2 del Madrid habría sido equivalente al desastre. Algunos madridistas, serenos, evocaron a Tamudo. La mayoría festejaron el empate con satisfacción. Igual que un triunfo.

"Estoy orgulloso de pertenecer a un equipo como este Real Madrid", decía Emerson. "En el banquillo pensábamos que era imposible que el Espanyol le empatase su partido al Barça, y que nosotros ganásemos. ¡Pero mira! ¡El fútbol es impredecible! El domingo que viene, en casa, con el apoyo de los nuestros, la Liga tiene que ser nuestra".

Uno de los ayudantes de Capello resoplaba: "¡Sólo nos falta una rampa!". Más atrás, solo en una línea de tres asientos, como corresponde a un jugador de su jerarquía, Fabio Cannavaro exhibió su cráneo recién afeitado. El defensa italiano, que llegó a Zaragoza con melena, decidió cortarse el pelo en la concentración del hotel Palafox, antes de jugar el partido. Lo empujó una convicción supersticiosa. "¡Así [pelado] es como se gana!", decía en el avión, contento con una decisión que, cree, le dio suerte. "Así jugué la final del Mundial", recordó.

Presuntas presiones

Los dirigentes del Madrid se felicitaron por haber defendido la propuesta de jugar a la misma hora y el mismo día que el Sevilla y el Barcelona. "Imagínate", explicaba uno de ellos, tras el partido; "¿qué habría pasado si el Barcelona en lugar de jugar el sábado hubiera jugado contra el Espanyol el domingo, después de conocer nuestro empate en Zaragoza?". En el seno del Madrid existe la convicción de que el Bara presionó en la Liga para disputar su partido el domingo. Esto habría supuesto "adulterar" la competición, en opinión de los representantes del Madrid.

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