Cuando canta la presidenta Micheline Calmy-Rey

¿Imagina el lector a José Luis Zapatero cantando coplillas en Locos por el baile o a Tony Blair tocando rock'n'roll en Top of the Pops? Seguramente, no. Pero Micheline Calmy-Rey, presidenta de Suiza, no vio nada extraño en presentarse a cantar en uno de los programas más populares de la televisión helvética. "Cantar es algo muy noble y que no implica menoscabo alguno de la función presidencial", contestó a los pocos que se permitieron criticarla en los medios de comunicación.

"Si Bill Clinton tocaba el saxo en público, por qué no voy a darme yo el gusto?", puede que...

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¿Imagina el lector a José Luis Zapatero cantando coplillas en Locos por el baile o a Tony Blair tocando rock'n'roll en Top of the Pops? Seguramente, no. Pero Micheline Calmy-Rey, presidenta de Suiza, no vio nada extraño en presentarse a cantar en uno de los programas más populares de la televisión helvética. "Cantar es algo muy noble y que no implica menoscabo alguno de la función presidencial", contestó a los pocos que se permitieron criticarla en los medios de comunicación.

"Si Bill Clinton tocaba el saxo en público, por qué no voy a darme yo el gusto?", puede que se haya preguntado antes de aceptar la invitación a subir a escena en la noche del sábado. De todas maneras, ocupaciones no le faltan a esta política socialista de 62 años. Aparte de presidenta de la Confederación Helvética es miembro del Consejo Federal (ejecutivo) y ministra de Asuntos Exteriores de Suiza. Calmy-Rey interpretó la canción popular suiza Les trois cloches (las tres campanas) y, aunque no pasará a la historia por poseer una voz prodigiosa, puede decirse que cantó afinada y con buen gusto. Interrogada por el presentador sobre sus sueños de infancia, la presidenta afirmó que su mayor deseo era "tener éxito en los estudios para poder ser independiente", dado que se considera una persona "esencialmente pragmática". La presidenta comentó igualmente que en la escuela no le dejaban cantar en los coros porque, a pesar de lo escuchado en su actuación, "desafinaba demasiado".

Tras su intervención declaró que "cantar es algo que gusta a la gente y permite expresarse de otra forma", aunque, según declaró, toca el piano en sus ratos libres, pues "le ayuda como persona, tanto cuando está bien como en los malos momentos".

La propuesta fue idea de Alain Morisod, un músico y productor de enorme popularidad entre los suizos de habla francesa cuyo éxito llega hasta la lejana Canadá. Morisod habría preguntado a la presidenta por qué nunca fue a su programa, a lo que la política de Ginebra respondió: "Porque nunca me ha invitado". Dicho y hecho, Calmy-Rey grabó así la canción en mayo a lo largo de un par de fines de semana libres.

Aunque el sábado por la noche declaró a la prensa que "su carrera musical estaba terminada", la presidenta Calmy-Rey puede tener por seguro que, tras su retiro de la vida política y los permanentes tira y afloja con la Unión Europea, podrá reciclarse como cantante. Sin duda, si se decide a grabar un disco de canciones populares podrá contar con un público fiel en su país, vista la elevada audiencia que tuvo su presentación.

La presidenta de Suiza, Micheline Calmy-Rey, durante su actuación.

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