De cañas

Al PSOE no le hacen gracia las encuestas que dan la victoria a los populares en Madrid, ya que intentan desmovilizar al voto de la izquierda. Otra encuesta, seguramente más de su agrado, afirmaba hace poco que Rodríguez Zapatero y Penélope Cruz eran los preferidos de los españoles para salir de cañas. Dudo que los 50 mocetones de Nuevas Generaciones que quedaron con Gallardón en una cervecería madrileña prefirieran al presidente del Gobierno como compañero de barra, y dudo también que don Alberto cambiara a ese grupo de jóvenes que entre caña y caña le formulaban las preguntas del guión por jó...

Al PSOE no le hacen gracia las encuestas que dan la victoria a los populares en Madrid, ya que intentan desmovilizar al voto de la izquierda. Otra encuesta, seguramente más de su agrado, afirmaba hace poco que Rodríguez Zapatero y Penélope Cruz eran los preferidos de los españoles para salir de cañas. Dudo que los 50 mocetones de Nuevas Generaciones que quedaron con Gallardón en una cervecería madrileña prefirieran al presidente del Gobierno como compañero de barra, y dudo también que don Alberto cambiara a ese grupo de jóvenes que entre caña y caña le formulaban las preguntas del guión por jóvenes entrevistadores más incómodos como los de la plaza del Dos de Mayo o los de la acampada por la vivienda digna.

Ante su fiel audiencia, el alcalde condenó el botellón pese a reconocer el exagerado precio de las consumiciones en los locales de la capital. Pero los votantes que gustan de beber en la calle pueden estar tranquilos, que Gallardón promete más taxis los fines de semana. Una solución que seguro calmará a los que tienen que hacer números para poder tomarse un par de copas. Y los de la vivienda digna también pueden darse por satisfechos, porque prometió 4.000 viviendas subvencionadas para los que no llegamos a la treintena.

Y es que esos números tan altos quedan fetén en un programa electoral, pero las cifras siempre son relativas, y teniendo en cuenta que los que en esta ciudad tenemos entre 18 y 30 años somos muchos más de 4.000, más nos valdrá confiar en el calvo (y no me refiero a su oponente socialista, sino al de la Lotería de Navidad) si no queremos acabar viviendo en una tienda de campaña.

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