Reus cierra la 11ª edición de la Fira del Circ Trapeci con más de 125 actuaciones

Un total de 60 compañías con más de 125 representaciones volvieron a inundar calles, plazas y teatros de Reus durante el fin de semana, en el marco de la 11ª edición de la Fira del Circ de Catalunya Trapezi, que cerró ayer con una notable diversidad de lenguajes circenses que se van acomodando en el género.

De los espectáculos de pago (al precio casi simbólico de siete euros) destacó Parfums d'Est, de la compañía francesa Rasposo, el montaje más completo y ágil de la programación, puro circo y puro ritmo, con calidad y cantidad de números de gran dificultad impecablemente ejecuta...

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Un total de 60 compañías con más de 125 representaciones volvieron a inundar calles, plazas y teatros de Reus durante el fin de semana, en el marco de la 11ª edición de la Fira del Circ de Catalunya Trapezi, que cerró ayer con una notable diversidad de lenguajes circenses que se van acomodando en el género.

De los espectáculos de pago (al precio casi simbólico de siete euros) destacó Parfums d'Est, de la compañía francesa Rasposo, el montaje más completo y ágil de la programación, puro circo y puro ritmo, con calidad y cantidad de números de gran dificultad impecablemente ejecutados.

Una decena de artistas arrastran al espectador al nomadismo de los gitanos del Este, con su música cíngara y su universo familiar. La cotidianidad de su vida tribal en ajetreo constante forma el armazón de un espectáculo precioso y preciso en su dispersión. Equilibrios imposibles sobre sillas, copas de cristal, malabares con almohadones enormes, cuchillos que vuelan, látigos que cortan, juegos en el mástil chino... Dos horas de diversión y emoción con los miembros de una compañía que acaba de ganar el premio de la ADAMI (el equivalente de la SGAE en Francia) de este año.

En las antípodas, el hijo del payaso Tortell Poltrona, Blaï Mateu Trias, presentó el que tenía que ser el espectáculo estrella de la programación, coproducido por la Fira. Anunciado como un solo de payaso, Ï, de la compañía Baro d'Evel Cirk que lidera Mateu, es el recorrido del joven Blaï por la memoria de sus abuelos y la experiencia de ellos como exiliados del franquismo, un ejercicio de reivindicación política que se manifiesta en una fusión de lenguajes que acaban en confusión: proyección de imágenes, teatro de objetos, teatro de texto con inicio minimalista... Relacionados con las artes circenses sólo había un par de caídas tontas y un salto. Fue la única decepción.

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