Ferran anuncia su retirada de la secretaría del PSC de Barcelona
El dirigente socialista apuesta por la renovación generacional
El dirigente socialista Joan Ferran anunció ayer su intención de dejar la primera secretaría de la poderosa federación de Barcelona en el próximo congreso del PSC, en 2008. Es el primer paso que da Ferran para poner en marcha lo que él considera un hecho importante: la renovación de cuadros de los socialistas en Barcelona, una renovación generacional, por una parte, y también acorde con la sintonía de los nuevos equipos, por otra.
"Tengo la obligación política y moral de completar el cambio de estructuras que se ha hecho institucionalmente, con un equipo nuevo, muy potente y preparado p...
El dirigente socialista Joan Ferran anunció ayer su intención de dejar la primera secretaría de la poderosa federación de Barcelona en el próximo congreso del PSC, en 2008. Es el primer paso que da Ferran para poner en marcha lo que él considera un hecho importante: la renovación de cuadros de los socialistas en Barcelona, una renovación generacional, por una parte, y también acorde con la sintonía de los nuevos equipos, por otra.
"Tengo la obligación política y moral de completar el cambio de estructuras que se ha hecho institucionalmente, con un equipo nuevo, muy potente y preparado para el Ayuntamiento, en una federación de Barcelona que debe ser dirigida por la gente de esta nueva hornada", explicó Ferran, actual portavoz adjunto del PSC en el Parlamento, en una entrevista a la agencia Efe.
Ferran, de 56 años, es primer secretario de Barcelona desde 2001. Antes, desde 1988 fue el secretario de organización de la federación barcelonesa cuando ésta la dirigía Antoni Santiburcio -fallecido hace seis años-, quien simultaneó su responsabilidad en el partido con el cargo de concejal del consistorio. Esa duplicidad entre la federación y la institución no se ha repetido desde que Ferran fue nombrado primer secretario por expreso deseo de éste. De hecho, tanto en la confección de la última lista que encabezó Joan Clos en 2003 como en la recién cerrada de Jordi Hereu se especulaba con la posibilidad de que Ferran se integrara, algo que él se ha apresurado siempre a desmentir.
"Si es posible, considero que es mejor seguir con esa separación entre la función dentro de un partido y la dedicación plena que exige ser concejal", apuntó Ferran.
"La gente que manda en el Ayuntamiento no manda en el partido, y viceversa. Mezclar la autoridad institucional con la del partido podría poner en conflicto la dinámica del PSC", alertó el dirigente socialista. Sobre su sustituto, cree que debe salir de la nueva generación de dirigentes que configura "el equipo de Jordi Hereu", siempre que no tenga una dedicación exclusiva como concejal, o bien el PSC deberá dar el paso de escoger a alguna persona nueva, a algún profesional de otro ámbito que quiera dar el salto plenamente a la política.
"En cualquier caso, no se trata de que sólo salga yo. Mi marcha es el primer paso para iniciar cambios en la secretaría y las territoriales precisamente por esa necesidad de que la renovación sea amplia", precisó en conversación con EL PAÍS. De hecho, añadió, ese relevo ya se ha realizado en algunas agrupaciones. "Y se debe continuar en esa línea, al menos en mi opinión", puntualizó.
No es un adiós del todo de la primera línea porque Ferran continuará en la federación barcelonesa y en la ejecutiva socialista.
El dirigente es un entusiasta defensor de la trayectoria del PSC en la ciudad de Barcelona: "Quienes nos acusan de inmovilismo se equivocan, porque hemos ido variando con la ciudad y escogiendo en cada momento a la persona más adecuada para cada etapa", en alusión a los relevos sucesivos de Narcís Serra, Pasqual Maragall y de Joan Clos por parte de Jordi Hereu.
A Ferran, como primer secretario, le tocó la época de Clos como alcalde, con el que tuvo buena relación, especialmente en el primer mandato. Posteriormente, la suya fue una de las voces que a la vista de la caída de la marca del PSC asociada a la mala imagen de Clos en los últimos años señalaba a Hereu como el hombre del recambio. De hecho, fueron Santiburcio y él mismo quienes vieron hace años "madera" en el joven Hereu, proveniente de la agrupación de Sarrià.