El Conde Duque revela la obra de Picasso como ilustrador de libros

El pintor malagueño puso imagen a Góngora, Balzac, Petrarca y Tzara

Uno de los mimbres artísticos más desconocidos de Pablo Picasso (Málaga, 1881-Maugins, 1973) fue su quehacer como ilustrador de libros. Reducir tal desconocimiento es el propósito de los organizadores de una exposición inaugurada ayer en el espacio municipal de cultura Conde Duque bajo el título Picasso y los libros. En ella se muestran por primera vez 24 ejemplares de otras tantas obras que llevan la impronta indeleble de su ilustración por el artista malagueño. Los libros proceden de la colección de la Fundación Bancaja -Picasso ilustró 150 ejemplares- que Juan Carrete ha seleccionado...

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Uno de los mimbres artísticos más desconocidos de Pablo Picasso (Málaga, 1881-Maugins, 1973) fue su quehacer como ilustrador de libros. Reducir tal desconocimiento es el propósito de los organizadores de una exposición inaugurada ayer en el espacio municipal de cultura Conde Duque bajo el título Picasso y los libros. En ella se muestran por primera vez 24 ejemplares de otras tantas obras que llevan la impronta indeleble de su ilustración por el artista malagueño. Los libros proceden de la colección de la Fundación Bancaja -Picasso ilustró 150 ejemplares- que Juan Carrete ha seleccionado.

Se trata de textos de autores como Honoré de Balzac, el naturalista Buffon o poetas como Petrarca, Góngora, Tristan Tzara o George Hugnet, entre otros; incluso figura una obra sobre el torero Pepe Hillo.

"Lo más destacable de estos libros es la conjunción única que en ellos se da entre escritor, editor, tipógrafo e ilustrador, todo lo cual les confiere un valor singularísimo", explica Juan Carrete. "Es preciso subrayar que entre los editores de esos textos figuran algunos de la exquisitez de Pierre André Benoit", añade.

Pablo Picasso, cuya primera visita a Madrid data de 1895, hizo un esfuerzo por adaptarse a esa mixtura de agentes y de factores cuyo resultado fue ese género de libros, impar por su deslumbrante calidad artística. Para lograrlo, se planteó eludir el protagonismo al que su potente estro creativo le conducía casi siempre. Sin embargo, pese a la contención y a la mesura asumidas por él, Picasso acaba por desbordar el formato con su empuje plástico, que se revela también aquí con vigorosa evidencia. Todo lo cual otorga a la exposición credenciales para deleitarse con su visita.

Picasso y los libros. Laborables, de 10.00 a 21.00; festivos, de 11.00 a 15.00. Centro Cultural Conde Duque, 9 y 11.

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