Análisis:A LA PARRILLA

Estrés

Los motivos de Jesús Quintero para cerrar su silencioso locutorio de la colina en TVE hablan de insomnio, ansiedad y estrés emocional. Resulta curioso que lo que puede condenar a un presentador sea lo mismo que, en el lado opuesto de la trinchera, mantiene a muchos espectadores atentos a la pantalla. El efecto de compañía que produce el aparato apacigua muchos insomnios y maquilla tantas ansiedades como estreses. Si el programa ofrece contenidos como la egocéntrica comparecencia de Sonia Arenas en ¿Dónde estás, corazón? (Antena 3), por ejemplo, el insomnio, la ansiedad y el estrés puede...

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Los motivos de Jesús Quintero para cerrar su silencioso locutorio de la colina en TVE hablan de insomnio, ansiedad y estrés emocional. Resulta curioso que lo que puede condenar a un presentador sea lo mismo que, en el lado opuesto de la trinchera, mantiene a muchos espectadores atentos a la pantalla. El efecto de compañía que produce el aparato apacigua muchos insomnios y maquilla tantas ansiedades como estreses. Si el programa ofrece contenidos como la egocéntrica comparecencia de Sonia Arenas en ¿Dónde estás, corazón? (Antena 3), por ejemplo, el insomnio, la ansiedad y el estrés pueden agravarse.

En cambio, si el programa es como la serie que hoy estrenará Canal +, la experiencia televisiva resulta bastante más reparadora. La serie se titula Principal sospechoso: último caso y la interpreta Helen Mirren. A primera vista, el argumento imita el de tantos precedentes policiacos: un agente a punto de jubilarse vive su último caso en un momento de franca vulnerabilidad. La inspectora, en este caso, es una mujer alcoholizada que ha resistido a décadas de vocación distanciándose de cualquier posibilidad de compromiso, con el opinable balance de lograr una soledad emocionalmente insoportable. Realista, fiel a los criterios de calidad de la mejor ficción británica (que teatraliza lo que la ficción norteamericana acelera y antepone los conflictos individuales a los colectivos), intensa y con una interpretación que, incluso en los papeles menos relevantes, supera la media con creces. Este criterio narrativo, construido con unos mimbres parecidos a los de El comisario, enfatiza el factor humano y consigue que, pese a su familiaridad estructural, la trama policiaca sea un pretexto para hablar de estos tiempos difíciles y de lo duro que, para algunos, resulta soportarlos. Es decir: insomnio, ansiedad y estrés compartidos a través de algo tan desprestigiado como la televisión y que, transmitidos a través de otros medios (literario, cinematográfico, teatral), merecerían la calificación de obra de arte.

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