Reportaje:Fórmula 1 | Comienza este fin de semana en Australia el Campeonato del Mundo

Alonso, solo contra todos

El español busca con un nuevo McLaren, cuyo rendimiento es todavía una incógnita, su tercera corona

Sin Michael Schumacher en el horizonte, todo debería ser más fácil para Fernando Alonso. Sin embargo, el español está metido en una encrucijada de la que, eso sí, espera salir airoso. El bicampeón mundial de fórmula 1 decidió a finales de 2005 que su exitosa etapa con Renault había concluido y se planteó el reto de seguir ganando títulos con una nueva escudería. La elegida fue McLaren Mercedes, que concluyó la última temporada sin anotarse ninguna carrera y que no gana el campeonato desde la segunda coronación sucesiva de Mika Hakkinen en 1999.

El epitafio que lanzó Kimi Raikkonen en su...

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Sin Michael Schumacher en el horizonte, todo debería ser más fácil para Fernando Alonso. Sin embargo, el español está metido en una encrucijada de la que, eso sí, espera salir airoso. El bicampeón mundial de fórmula 1 decidió a finales de 2005 que su exitosa etapa con Renault había concluido y se planteó el reto de seguir ganando títulos con una nueva escudería. La elegida fue McLaren Mercedes, que concluyó la última temporada sin anotarse ninguna carrera y que no gana el campeonato desde la segunda coronación sucesiva de Mika Hakkinen en 1999.

"La cuestión fundamental es saber dónde estamos en comparación con los otros", plantea el español
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El epitafio que lanzó Kimi Raikkonen en su despedida de McLaren al término de 2006, cuando afirmó en la cronometrada de Japón que había dado la mejor vuelta posible con aquel coche y que, aun así, había concluido el undécimo, parece haber perdido vigencia. "Éste es el motor para los próximos cuatro años, pero ya ha dejado de ser mi problema", cerró el finlandés, ahora en Ferrari. Pasó a ser el de Alonso.

Precisamente, desde que firmó el contrato para trabajar con él durante los tres próximos años, el asturiano planteó a Ron Dennis, su nuevo patrón, una sola cuestión: "Necesito un coche ganador y, sobre todo, fiable". Y en ello han estado trabajando tanto los ingenieros de motores de Mercedes como los técnicos de desarrollo e investigación de McLaren.

Las primeras valoraciones del resultado llegaron en la pretemporada. Y quedó claro que ambos hicieron un gran trabajo. El nuevo motor de Mercedes ha mantenido la potencia -se mueve en los 750 caballos- a pesar de haber bajado a 19.000 revoluciones por minuto (rpm) y ha ganado fiabilidad. En los entrenamientos invernales, el MP4-22 se mostró sólido y veloz. Corrió 13.300 kilómetros -10.000 entre Alonso y su compañero Hamilton-, lo que demuestra que no sufrió grandes problemas mecánicos. "Rompimos algún motor, pero fue más porque lo agotamos que por problemas intrínsecos. Es cierto que en los 36 días de pruebas sufrimos algunas paradas, pero fueron por cuestiones eléctricas o averías sin importancia que detectamos de inmediato y resolvimos", asegura Martin Whitmarsh, el director general de McLaren.

Aun con dos títulos seguidos en su palmarés, Alonso se encuentra ahora de nuevo solo contra todos, una situación que le motiva especialmente. El campeonato ha cambiado de forma sustancial desde 2006. Y sus propias circunstancias, también. Ya no es aquel muchacho arropado por Flavio Briatore y por todo Renault al que auparon hasta derrotar primero al McLaren de Raikkonen en 2005 y después al Ferrari del heptacampeón Schumacher en 2006. Alonso vuela ahora solo. Está en un equipo puntero, el que más sabe evolucionar sus coches a lo largo del curso, pero también uno de los que suele tener más problemas en los inicios. Su adaptación debió hacerse a marchas forzadas, buscando con urgencia una complicidad del equipo indispensable para cualquier campeón.

Su entorno ha cambiado tanto que es irreconocible. Él mismo se estrena en McLaren junto a otro novel, la promesa británica Lewis Hamilton, y con Vodafone como patrocinador principal. Un cambio de imagen y de rumbo del equipo que hizo campeón a Ayrton Senna y que quiere recuperar los laureles a toda costa. Raikkonen dejó a Dennis y fichó por Ferrari para sustituir el vacío de Schumacher y la pérdida de Brawn. Renault pareció quedar devaluada con la huida de Alonso, pero se reafirmó con Fisichella y el novel Kovalainen. Honda apostó por la ecología, pero no parece encontrar un buen coche. Y BMW parece llamada a convertirse en la revelación de la temporada. Todo ello, aderezado además con los cambios de las normas, especialmente en los neumáticos -Bridgestone, servidor único y gomas más duras- y los motores -congelados cuatro años y bajados a 19.000 rpm-.

"La cuestión fundamental es saber dónde estamos en comparación con los otros", reflexiona Alonso. "¿Si saldré el primero en Australia y ganaré? Lo único seguro es que lo intentaremos todo para conseguirlo. Pero creo que Ferrari arranca con una ligera ventaja". El reto de Alonso, sin embargo, no es el primer gran premio, sino acabar líder tras el último y poder igualar así los tres títulos de su ídolo, Senna. Su listón está muy alto y su duelo con Ferrari, ya sea con Raikkonen o con Massa, se plantea emocionante. "Si alguien me pregunta si es más difícil ganar la corona con un nuevo equipo, la respuesta me parece obvia", afirma el ovetense; "pero, al mismo tiempo, la satisfacción que puede producirte debe resultar también mucho más excitante".

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