Reportaje:Fútbol | 26ª jornada de Liga

"No dimitiré"

Capello defiende su contrato "pase lo que pase"

Cannavaro se marchó ayer a casa con una sonrisa. Ni en los peores momentos de su equipo el italiano ha perdido ese arrobamiento que lució el día que Mónica Belucci le dio el Balón de Oro. Y no es el único. Otros, como Roberto Carlos, no han recibido ninguna distinción y parecen experimentar una satisfacción desconocida. Muchos afrontan los meses que vendrán con la ilusión de colegiales al calor de la primavera. Intuyen vacaciones. También perciben que Capello ha fracasado. No se sienten partícipes del descarrilamiento del Madrid. Después de todo, el entrenador ha asumido tanto protagonismo en ...

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Cannavaro se marchó ayer a casa con una sonrisa. Ni en los peores momentos de su equipo el italiano ha perdido ese arrobamiento que lució el día que Mónica Belucci le dio el Balón de Oro. Y no es el único. Otros, como Roberto Carlos, no han recibido ninguna distinción y parecen experimentar una satisfacción desconocida. Muchos afrontan los meses que vendrán con la ilusión de colegiales al calor de la primavera. Intuyen vacaciones. También perciben que Capello ha fracasado. No se sienten partícipes del descarrilamiento del Madrid. Después de todo, el entrenador ha asumido tanto protagonismo en el club que los futbolistas se han situado en un lugar secundario. Con ese espíritu viajó ayer el equipo a Barcelona.

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El vestuario siente que ha perdido la Copa, la Copa de Europa y, a falta de un puñado de jornadas, la Liga. Se pierde todo menos las buenas costumbres. Para corroborarlo estuvo Fabio Capello, que, tras dirigir un entrenamiento de 45 minutos, degustó su jamón de los viernes. Era el día del aperitivo y el mesón que frecuenta el italiano acercó a Valdebebas sus manjares. Una vez terminado el festín, acudió a la sala de prensa con cara de póker.

Capello se sentó ante los periodistas y lo primero que dijo fue: "Absolutamente, no". Fue su respuesta cuando le inquirieron por sus planes tácticos para el Camp Nou, por si pensaba en repetir el esquema con tres medios centro que tan malos resultados le dio ante el Bayern.

A continuación, Capello confirmó que defenderá su contrato, y su dinero, hasta el final: "No pienso dimitir pase lo que pase. Tiene que ser el presidente el que decida. Me han hecho 50 veces esta pregunta y yo he respondido 50 veces que depende del presidente".

Respecto al partido contra el Barça, Capello admitió que la cita llega en mala hora. Con un parte de bajas que incluye a Beckham, Roberto Carlos, Cannavaro y Reyes y un grupo de jugadores disponibles con casos de malhumor (Emerson) y dolores físicos de todo tipo (Diarra). "Vamos justitos, justitos", dijo con una sonrisa pícara. "Será una alineación más o menos obligatoria. No podremos hacer cosas especiales".

Fichado por el presidente, Ramón Calderón, como una garantía de "títulos", Capello reconoció que una derrota significaría que el Madrid cumpliese cuatro años sin ganar nada. "Si perdemos en Barcelona, será muy difícil ganar la Liga", dijo; "son muchos puntos de diferencia".

Interrogado por su responsabilidad en el fracaso, Capello replicó con sequedad y sin admitir su parte de culpa: "Soy el entrenador. Si el equipo no obtiene resultados, no me escondo nunca. Pongo la cara con serenidad y tranquilidad".

Fabio Capello.ASSOCIATED PRESS

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