Crítica:CRÍTICA/ CLÁSICA

El músico de nunca acabar

El concierto del pasado jueves de la Real Filharmonía en Santiago de Compostela nos permitió escuchar dos de las obras inconclusas de Schubert, seguramente el compositor que más obras dejo sin terminar. La mil veces oída Sinfonía nº 7, Inacabada, y Rendering, ésta una espléndida reconstrucción, realizada por Luziano Berio, de esbozos schubertianos de otra posible sinfonía. Centrando el programa, dos lieder deliciosamente cantados por Die Singphoniker, un grupo vocal masculino alemán que parece inventarse el canto en cada actuación; tan espontáneo lo ha...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El concierto del pasado jueves de la Real Filharmonía en Santiago de Compostela nos permitió escuchar dos de las obras inconclusas de Schubert, seguramente el compositor que más obras dejo sin terminar. La mil veces oída Sinfonía nº 7, Inacabada, y Rendering, ésta una espléndida reconstrucción, realizada por Luziano Berio, de esbozos schubertianos de otra posible sinfonía. Centrando el programa, dos lieder deliciosamente cantados por Die Singphoniker, un grupo vocal masculino alemán que parece inventarse el canto en cada actuación; tan espontáneo lo hacen.

Voces limpias, claras, muy bien concertadas por Ros-Marbá, que sonaron a ronda en el Canto nocturno en el bosque y supieron recrear el adecuado clima de misterio del Canto de los espíritus de las aguas. Los grupos de trompas y cuerdas graves que los acompañaron fueron el perfecto complemento de frescura y de calidez que precisaba respectivamente cada lied. Dos deliciosos bises fueron su respuesta a la gran ovación recibida.

La versión de la Inacabada fue de gran corrección, con una lectura de gran claridad de líneas y el vuelo que necesita el allegro moderato inicial. Al andante le pudo faltar ese punto de ligereza del con moto, pero los criterios sobre aires, y más sobre tiempos, han de ser siempre elásticos. Salvo un punto de acidez en las trompetas, el desarrollo de la obra fue casi modélico, aun con una cierta sensación de falta de riesgo.

La ucronía de 'Schuberio'

De las muchas obras que Schubert dejó en agraz, hay tres fragmentos sinfónicos datados en 1828, el año de su muerte, que han sido objeto de varios intentos de reconstrucción. En Rendering, Berio expone el material; compone a lo Schubert; integra los esbozos dejando oír cada fragmento como tal; y usa su propio lenguaje contemporáneo, resaltando al tiempo la distancia y la proximidad de esta música. Rendering -ejecución, reproducción, traducción o interpretación- expresa, como quería Berio, todo el camino recorrido desde el manuscrito a nuestros oídos.

La versión de Ros-Marbá y la RFG fue de referencia, con una preocupación conjunta por la estructura y la expresión que se reflejó en lo que oímos. Resaltó a la perfección la intención y el espíritu de cada fragmento, tanto los más schubertianos como los desarrollos cercanos al lenguaje de Mendelssohn. El sutil cambio de timbre orquestal de unos a otros, fue audible, casi táctil, en la versión del jueves en Santiago.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El clima expresivo del segundo movimiento, tan avanzado que permite decir a Berio que "parece habitado por el alma de Mahler" fue una revelación. Verdaderamente, se pudo distinguir de forma cristalina cada fragmento, cada transición, permitiendo sentir como un vértigo la sensación de viaje en el tiempo que proporciona Rendering, esta obra más cercana a la verdad que cualquier otra ucronía.

Archivado En