Asedio a una casa 'okupada' en Castellón

Los jóvenes alternativos que viven en la Masia de Roquetes han sufrido dos noches de ataques

Digno del más enrevesado argumento peliculero: okupas, un grupo de matones extranjeros, coches con matrículas falsas, personas en búsqueda y captura.... Todos los ingredientes. La casa okupada en el grupo Masia de Roquetes de Castellón sufrió, en la noche del lunes, un nuevo asalto. Según denunciaron los jóvenes que la habitan, durante la noche, varios individuos lanzaron "cócteles mólotov" contra la fachada, lo que provocó un incendio sofocado por los propios okupas. Ninguno de los habitantes de la casa pudo identificar a los agresores ni relacionarlos con el grupo...

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Digno del más enrevesado argumento peliculero: okupas, un grupo de matones extranjeros, coches con matrículas falsas, personas en búsqueda y captura.... Todos los ingredientes. La casa okupada en el grupo Masia de Roquetes de Castellón sufrió, en la noche del lunes, un nuevo asalto. Según denunciaron los jóvenes que la habitan, durante la noche, varios individuos lanzaron "cócteles mólotov" contra la fachada, lo que provocó un incendio sofocado por los propios okupas. Ninguno de los habitantes de la casa pudo identificar a los agresores ni relacionarlos con el grupo que, sólo unas horas antes, de madrugada, había entrado en el edificio para apalear a cuatro de ellos. "Eran botellas de cristal con algo inflamable y una mecha", aseguró una de las okupas que también explicó que "había un coche esperándoles".

El "asedio" a la casa había comenzado en la mañana del lunes cuando un grupo de alrededor de quince personas agredió a los okupas. La policía logró alcanzar a uno de los tres turismos que huían del lugar, en el que viajaban cuatro personas de entre 25 y 35 años, todos ellos de nacionalidad rumana. Llevaban dos navajas, una porra extensible, spray de defensa y una catana con una hoja de 68 centímetros, por lo que los detuvieron.

Dos horas después, los okupas recibieron otra visita, la de dos personas que aseguraron ser los propietarios del inmueble y a los que acompañaba una retroexcavadora con la que pretendían echar abajo el edificio. Los habitantes volvieron a llamar a la policía y los agentes disuadieron a los propietarios, que ya han pedido el desalojo.

A la comisaría acudió una mujer con la documentación de dos detenidos. Dejó el coche mal aparcado y la policía, tras comprobar que la matrícula no correspondía, identificó a los dos ocupantes, uno de ellos en busca y captura.

Ahora, las diligencias judiciales abiertas habrán de determinar si existe relación entre la agresión y el proyecto de derribar el edificio para una nueva construcción.

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