Análisis:A LA PARRILLA

La fiesta de los nominados

El sábado, el cine francés repartió sus César y, salvo los franceses, apenas nadie sabe algo de ellos. En España, por ejemplo, que no se lo dieron a Volver. El lunes entregaron los Oscar y ya llevábamos semanas hablando de ellos. Es la ventaja que da tener una industria poderosa detrás y que, encima, sea el lado inteligente de esta industria el que organiza este gran anuncio de su cine con gentiles citas al resto del mundo, que son, además, un anzuelo para la audiencia multinacional.

La gala no está sólo en el escenario, sino también a la entrada y en la platea. La presentadora d...

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El sábado, el cine francés repartió sus César y, salvo los franceses, apenas nadie sabe algo de ellos. En España, por ejemplo, que no se lo dieron a Volver. El lunes entregaron los Oscar y ya llevábamos semanas hablando de ellos. Es la ventaja que da tener una industria poderosa detrás y que, encima, sea el lado inteligente de esta industria el que organiza este gran anuncio de su cine con gentiles citas al resto del mundo, que son, además, un anzuelo para la audiencia multinacional.

La gala no está sólo en el escenario, sino también a la entrada y en la platea. La presentadora de la noche, la excelente Ellen DeGeneres, lo sabía y trabajó desde el patio de butacas. Tras decir que se trataba de la fiesta de los nominados, los mimó. Y sus mejores gags estuvieron en la platea. Supo a poco. Incluso los invitados actuaban sentados en la butaca. Meryl Streep puso la cara de la tirana editora de El diablo viste de Prada cuando unas colegas la citaron desde el escenario, y Jack Nicholson... hizo del pesado de Nicholson. Arriba hubo algún momento lánguido, pero otros espléndidos, como un coro que interpretó efectos sonoros o unos apuntes coreográficos. Al presidente de la Academia le grabaron un vídeo sobre la institución y, como sólo tenía 60 segundos como todo el mundo, lo pasaron al doble de velocidad. Y todo eso las cámaras lo contemplaban serenamente, sabiendo a quién iban a enfocar y sin abusar de barridos y meneos a ninguna parte.

Canal + empezó el programa dos horas antes. Durante todo este tiempo, Àngels Barceló, Jaume Figueras y Manu Berástegui dieron mucho pescado fresco con la impagable ayuda de Cristina Teva, quien, desde un rincón de la alfombra roja, hizo mucho mejores preguntas que el trío de locutores de la ABC, que tenía derecho a estar en el centro del felpudo. Teva hizo las preguntas inevitables ("me matan si no te pregunto sobre el vestido") y las de una chica que ama y sabe de cine. En fin, ni que sea los de mercadotecnia, en la Academia española deberían estudiarse la gala.

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