Reportaje:Fútbol | Liga de Campeones: ida de los octavos de final

"Eran muy pesados"

Reina y Valdés rememoran sus cinco años junto a Jordi Castell, su técnico en el fútbol base del Barça, y éste recuerda el "sano pique" que había entre ellos

Pepe Reina llegó en 1995 de Talavera con Miguel, su padre, ex portero del equipo azulgrana entre otros, para pasar una prueba con el Barcelona. Les esperaba Jordi Castell, responsable de los porteros del fútbol base. La familia Valdés acababa de regresar de Tenerife, donde había pasado más de dos años por cuestiones laborales del padre y Víctor volvió a llamar a las puertas del Barça. Habían pasado casi dos años desde que dejó La Masia. Así que Castell le puso a prueba para ver su evolución.

El 25 de agosto de 1995, con el aval de Castell, Reina y Valdés entraron en La Masia. Durante ci...

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Pepe Reina llegó en 1995 de Talavera con Miguel, su padre, ex portero del equipo azulgrana entre otros, para pasar una prueba con el Barcelona. Les esperaba Jordi Castell, responsable de los porteros del fútbol base. La familia Valdés acababa de regresar de Tenerife, donde había pasado más de dos años por cuestiones laborales del padre y Víctor volvió a llamar a las puertas del Barça. Habían pasado casi dos años desde que dejó La Masia. Así que Castell le puso a prueba para ver su evolución.

El 25 de agosto de 1995, con el aval de Castell, Reina y Valdés entraron en La Masia. Durante cinco años, trabajarían los tres juntos en dos sesiones semanales. Hoy, Reina (Madrid, 1982) defenderá la portería del Liverpool y Valdés (L'Hospitalet de Llobregat, 1982) la del Barça. Los dos tienen una cosa bastante clara: "Si no fuera por Jordi, no estaríamos aquí".

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"Eran muy pesados, por trabajadores. Tanto que les tenía que mandar a la ducha porque no había manera. Siempre querían más. Eran exageradamente trabajadores". Habla Jordi Castell, (Barcelona, 1954), que fue portero del Barcelona B, Logroñés, Sabadell, Castellón, Huelva y Mollerussa antes de convertirse en el especialista de los guardametas de la cantera azulgrana en 1990. Lo dejó. "Cuando entró Joan Laporta de presidente, ya sabe...". Se fue no sin antes dirigir al equipo femenino del club durante una temporada: "No tenía entrenador y mi hija, que jugaba con ellas, me lo pidió". Castells es ahora el coordinador del Sant Joan d'Espí y esta noche, seguro, sentirá nostalgia.

"¡Sin prisa, pero sin pausa!", grita Valdés cuando se le pregunta qué frase lleva guardada de aquellos cinco años con Castell. "Me la repitió miles de veces. Yo era muy impulsivo y quería aprenderlo todo de golpe", recuerda el azulgrana. "Se precipitaba mucho", coincide su ex técnico, "pero su agilidad era impresionante". El de L'Hospitalet por una vez sale de su disfraz de tipo duro -"puro elemento de protección", sostiene Castells- y se muestra muy tierno al hablar del que fue su profesor. "Se portó maravillosamente conmigo. Incluso días que no me tocaba trabajar con él iba en su busca y nunca tuvo un no. Se cambiaba y a entrenar", rememora Valdés, que sabe lo mucho que aprendió con él. "Trabajamos sobre todo elasticidad y bloqueo", concluye.

"Nos enseñó a disfrutar y aprender trabajando", comenta Reina. "Era exigente y muy buen psicólogo", sentencia. Tenía que serlo para evitar que Reina y Valdés acabaran mal en su relación: desde los 12 años hasta juveniles, cuando Reina se saltó el A y llegó al Barça B directamente, compartieron equipo y entrenamientos. "Claro, había pique entre ellos: los dos querían ser el mejor", asegura Castell. No lo niega el portero del Liverpool: "Como decía siempre Jordi, 'cada día se empieza de cero' y nosotros nos lo tomábamos al pie de la letra. La relación con Víctor era buena pese a la competencia. Es verdad, peleábamos en cada ejercicio. Al final, eso nos hizo mejores". "Era una lucha muy sana. Pero hemos crecido juntos y Pepe forma parte de mi vida. Le guardo un gran afecto y lo sabe", dice Valdés.

Juan Carlos Unzue, ayudante de Frank Rijkaard y especialista de porteros, tercia: "Valdés es muy trabajador y eso se nota que lo ha aprendido de crío, como Jorquera. Castells puede estar orgulloso. Con Víctor y con Albert hizo un gran trabajo. Intuyo que con Reina también". "La velocidad de reacción. Con Reina trabajamos mucho eso, la velocidad de reacción", apunta Castells.

Hace tiempo que no coinciden los tres, pero rara es la semana que, dándose panzadas, Víctor en La Masia y Reina en Melwood, no se acuerden de Castells. "Hoy, cuando nos vea en el campo, podrá sentirse muy orgulloso. Si jugamos este partido, él tiene mucha culpa de ello", dicen. Nunca un portero del Liverpool y uno del Barça estuvieron más de acuerdo.

Reina (a la izquierda) y Valdés, durante un entrenamiento de la selección española.ENRIC FONTCUBERTA

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