El referéndum andaluz

El PSOE cree que el PP aprovechará para abrir otro frente pese a que pidió el 'sí'

Los populares piden una "reflexión" a los promotores de la reforma porque "no era necesaria"

La dirección federal del PSOE trató ayer de evitar cualquier apariencia de contrariedad ante la alta abstención del referéndum andaluz. Pero lo cierto es que dan casi por seguro que el PP ha encontrado en este resultado un nuevo motivo para hacer oposición al Gobierno, pese a que el nuevo Estatuto lleva la firma de ambos y precisamente la ausencia de incertidumbre es lo que movió "a la relajación electoral", según interpretó el secretario de Organización, José Blanco. Pero desde el PP se pidió de inmediato "una reflexión a los propulsores" de la reforma porque "no era una demanda de los ciudad...

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La dirección federal del PSOE trató ayer de evitar cualquier apariencia de contrariedad ante la alta abstención del referéndum andaluz. Pero lo cierto es que dan casi por seguro que el PP ha encontrado en este resultado un nuevo motivo para hacer oposición al Gobierno, pese a que el nuevo Estatuto lleva la firma de ambos y precisamente la ausencia de incertidumbre es lo que movió "a la relajación electoral", según interpretó el secretario de Organización, José Blanco. Pero desde el PP se pidió de inmediato "una reflexión a los propulsores" de la reforma porque "no era una demanda de los ciudadanos".

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La apariencia de normalidad en las filas socialistas la marcó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que telefoneó al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, para felicitarle por la aprobación del nuevo Estatuto en un clima de "civismo y normalidad democrática", sin mencionar la alta abstención, al menos, en la versión de la conversación que se trasladó desde Presidencia del Gobierno. Pero lo cierto es que la bajísima participación decepcionó enormemente al PSOE que confiaba en que los pronósticos favorables de sus compañeros en Andalucía sobre la participación se cumplieran.

Ahora bien, lo peor puedc ser,para los interlocutores consultados, que el PP a pesar de que la reforma lleva también su firma, se desligue del mismo y utilice el hecho del escaso entusiasmo de los ciudadanos andaluces por esta reforma para reiterar su tesis de que los cambios estatutarios que auspicia el presidente del Gobierno, aunque algunos vienen de Ejecutivos del PP -por ejemplo, en la Comunidad Valenciana y Baleares-, son innecesarios y ajenos al sentir de los ciudadanos. Esta línea la emprendió ayer, todavía de forma moderada, la dirección nacional del PP a través de la responsable de Política Autonómica, Soraya Sáenz de Santamaría, informa Natalia Junquera.

"Los propulsores de esta reforma deben hacer una reflexión sobre la baja participación, porque han tenido un problema de diagnóstico", señaló la dirigente popular. "El Estatuto no era una demanda reclamada por los ciudadanos", reiteró. A partir de ahí, pasó a reivindicar la constitucionalidad del texto al atribuir a su partido los cambios necesarios para que se eliminaran todos los aspectos contrarios a la Constitución que hicieron que el PP no apoyara la reforma que salió del Parlamento andaluz, siempre según su posición.

Reproches catalanes

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Desde el PSOE, de momento no se ha entrado en responder al PP y será mañana, tras la reunión de la ejecutiva federal, cuando se haga un análisis de lo que pueden esperar a partir de ahora del PP a pesar de que habían ido juntos en esta campaña. José Blanco, secretario de Organización, compareció a primeras horas de la noche para felicitar a los andaluces por la "normalidad democrática", y por el hecho de que hubiera ganado abrumadoramente el sí. A partir de ahí resto importancia política a la abstención al considerar que la ausencia de incertidumbre había provocado "la relajación electoral de los ciudadanos", es decir la falta de tensión.

A partir de hoy quizá salgan a relucir por parte de los socialistas, si es que el PP profundiza en los reproches, el resquemor que la dirección socialista ha tenido con el PP por su campaña. A su juicio, defendieron el texto pero aprovechaban para hacer críticas muy duras a los presidentes del Gobierno central y andaluz. Una situación muy parecida se dio en el referéndum sobre la Constitución Europea, recordaron ayer dirigentes socialistas. Lo cierto es que el PSOE se vio colmado de satisfacción política cuando el PP pasó a formar parte del bloque que apoyó y trabajó por unnuevo Estatuto de Andalucía. Éste paso les hizo pensar que el discurso contra Zapatero de "no tener un modelo de Estado" quedaría para siempre desterrado, pero no parece que sea así.

A medida que pasaban las horas y se confirmaba la baja participación, todos los partidos catalanes menos el PP se afanaron en recordar cómo los conservadores intentaron deslegitimar la carta autonómica catalana en base al alto índice de abstención que registró su referéndum de aprobación. La diferencia es que en el caso catalán acudieron a votar el 48,8% de los electores y en Andalucía el 34,2%. El portavoz del Partit dels Socialistes, Miquel Iceta, felicitó a los andaluces por su "magnífico nuevo Estatuto" al tiempo que desde su blog en Internet animaba a comparar la participación de ambos referéndums y acusaba al PP de tener una auténtica "animadversión" por el Estatuto catalán.

"Cinismo de Rajoy"

Desde Convérgencia Democrática de Cataluya, se quiso devolver el golpe al PP. "Contra lo defendido en el PP en el caso del Estatuto catalán, una baja participación no quita validez a un referéndum", al tiempo que resaltó "el cinismo de Mariano Rajoy". Más contundentes se mostraron Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya. El dirigente republicano Joan Ridao no dudó en asegurar que "el PP ha estimulado la inhibición de su electorado ante el referéndum para no dar excesiva cancha a Zapatero". Aventuró Ridao que el PP "no se atreverá a deslegitimar el resultado después de haber apoyado la reforma, algo que sí hizo en Cataluña".

El presidente del PP, Mariano Rajoy, dijo la misma noche del referéndum del Estatuto catalán que éste no debía aplicarse porque, con su alto abstencionismo, los catalanes habían demostrado que "el cambio de las reglas del juego no era prioritario y no era necesario", informa Miquel Noguer.

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