Reportaje:FIN DE SEMANA

Isla adentro hacia las nubes

Un recorrido en coche para disfrutar del contrastado interior de Gran Canaria

Aunque las postales y guías turísticas se empeñen en subrayarlo, Gran Canaria no es solamente anaranjadas dunas playeras, centroeuropeos torrándose y megacentros de ocio: mientras el sur de la isla atlántica se ofrece seco, abarrotado y playero, la verde mitad norte invita a perderse entre sus bosques, acantilados y genuinas aldeas.

Una cómoda autopista recorre el lado este de Gran Canaria. Olvídela. Súbase al coche y deje atrás esa gran serpiente de asfalto que comunica Maspalomas con Las Palmas, y explore sus sinuosas, empinadas y menos confortables carreterillas de inte...

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Aunque las postales y guías turísticas se empeñen en subrayarlo, Gran Canaria no es solamente anaranjadas dunas playeras, centroeuropeos torrándose y megacentros de ocio: mientras el sur de la isla atlántica se ofrece seco, abarrotado y playero, la verde mitad norte invita a perderse entre sus bosques, acantilados y genuinas aldeas.

Una cómoda autopista recorre el lado este de Gran Canaria. Olvídela. Súbase al coche y deje atrás esa gran serpiente de asfalto que comunica Maspalomas con Las Palmas, y explore sus sinuosas, empinadas y menos confortables carreterillas de interior. Deje atrás también el bañador, la toalla y la modorra playera. Y, provisto de jerséis, botas y espíritu explorador, atrévase a colarse en la otra cara de la isla, mucho menos publicitada, dejando a la espalda el sol perenne, los hotelazos con animación nocturna y los chiringuitos.

Rumbo a Artenara, un pueblo en lo más alto de la isla. Flores y desfiladeros. Hasta llegar a Agaete y su roca Dedo de Dios, partida por una tormenta. Más un baño en una playa de nombre juguetón: Güigüi.

Descubrirá una cambiante geografía de origen volcánico, un clima continental (aquí no se privan de ninguna de las estaciones), pueblos encaramados a montañas multicolores, desfiladeros de cine, una vegetación -de pinos, plataneros y flores- desbordada y unos acantilados espectaculares. Y, para animar la aventura: rebaños en medio de la carretera, piedras desprendidas, alguna tempestad de aguanieve, nubes al alcance de la mano, gastronomía hipercalórica y sencillas casitas-cueva.

Éstas -y la diminuta ermita de la Virgen de la Cuevita, excavada / camuflada en la roca, pero delatada por un gran pino plantado justo frente a su entrada- abundan en Artenara, la aldea más alta de la isla, ubicada casi en el medio exacto de la misma. Si cuando llegue no hay nubes, desde allí la vista de la Cuenca del Tejeda le sobrecogerá. La sensación de aislamiento estremece, y si quiere seguir disfrutándola continúe entre pinares hasta el Parador de Tejeda, desde cuyo mirador podrá fotografiar el Roque Nublo (de 1.813 metros) y su aledaño Pico de las Nieves, la cima más alta de la isla, con 1.950 metros.

Furiosas olas

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También De las Nieves se llama, pero es un puerto marítimo. Si continúa desde Artenara hacia el norte, por otras carreteras que descienden hacia la costa, llegará hasta Agaete. De su puerto, a dos kilómetros del centro, zarpan los ferrys hacia la vecina Tenerife, y desde su ventoso muelle, a pocos metros de furiosas olas, se disfrutaba del llorado Dedo de Dios (nombre con que el escritor Domingo Doreste rebautizó al Roque Partido), hoy más bien muñón tras el temporal que hace más de un año amputara esta vertical formación rocosa "que era muy viejita", según recuerda una vecina.

Como consuelo queda admirar los no menos divinos -y ancianos- acantilados de Tamadaba, que se extienden por el litoral occidental y que no derribará ni el vendaval más desatado: subirse a sus lomos quita la respiración, pero la panorámica merece el esfuerzo, porque exige conducir por la carretera que va a San Nicolás de Tolentino con sobrada destreza, olvidar la velocidad y no desviar jamás la mirada de la carretera hacia los atrayentes precipicios que amenazan a su derecha.

Pero si opta por explorar el lado oriental, diríjase hasta la señorial Gáldar (empezará a ver mares de plástico por esta zona: los invernaderos de fruta invaden sus llanuras, cobijadas de las inclemencias), con su barrio antiguo y su más renombrado tesoro, la Cueva Pintada, decorada con motivos geométricos por los aborígenes; y de ahí a la Playa de Sardina, delicioso rincón de casas coloristas, con coqueto puerto, olas rompientes y un horizonte costero vertical muy fotogénico.

En dirección hacia Las Palmas se encuentra la brava Playa de San Felipe, donde recolectar fuerzas, paladear pescado fresco (acompañado de papas y mojo, faltaría más) y oler el mar antes de retomar la aventura rumbo al interior, visitando villas encantadoras como Moya, Firgas, Teror (epicentro de la religiosidad isleña gracias a la visita que la Virgen del Pino le hizo al conquistador don Juan de Frías) y San Mateo, con su animado mercado, donde adquirir el rico queso autóctono.

Palmerales y presas

De allí, si añora la arena bajo los pies, tome dirección sur y disfrute de Ingenio, Agüimes (con la cúpula de la iglesia de San Sebastián presidiendo la localidad), Santa Lucía (palmerales y presas fracturando un paisaje arrebatador), la Caldera de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana antes de que los bloques de la Playa del Inglés sustituyan a la naturaleza generosa desplegada ante sus ojos durante este periplo, que se puede hacer en un par de días.

Y si le gusta el senderismo, siempre queda alguna playa virgen, como la de Güigüi (declarada reserva natural), al oeste, desviándose hacia la mitad de la carretera que une San Nicolás y Mogán y luego caminando por el monte empinado. Con estas excursiones corroborará por qué esta isla redondeada es, con razón y como se ha dicho, un "continente en miniatura".

Vista de las cumbres de Gran Canaria desde el mirador de La Degollada de Hoya Becerra (a la izquierda, el Roque Nublo, y a la derecha, el Roque Bentayga).LUIS ROCA

GUÍA PRÁCTICA

Cómo ir- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com), Spanair (902 13 14 15; www.spanair.es) y Air Europa (902 40 15 01; www.aireuropa.com) vuelan a Gran Canaria con precios y ofertas, desde Barcelona y Madrid, que empiezan entre 100 y 120 euros para un billete de ida y vuelta con tasas y gastos incluidos.Dormir- Casa Cueva Las Margaritas (649 99 26 36, 928 67 26 70). Las Aruejas, 38 A. Las Arbejas. Construida en 1925y renovada en 1998. Casa para cuatro personas, fin de semana, de viernes a domingo, 160 euros.- Hacienda de Anzo (928 55 12 44). Prolongación Pablo Díaz, 37. Gáldar. Habitaciones dobles con televisión, jardín y piscinas comunes. La doble sin desayuno, 64 euros.- Hotel Puerto de las Nieves (928 88 62 56). Alcalde José de Armas, s/n. Agaete. Con terraza y piscina. Cuatro estrellas. Habitación doble, 113,40 euros con media pensión. Ofertas entre semana a partir de dos noches, desde 84 euros con media pensión la doble por noche.Comer- Cápita (928 55 41 42). Nuestra Señora de las Nieves, 37. Puertode las Nieves, Agaete. Pida los tradicionales chocos en salsa y, de postre, mousse de gofio. Precio medio, unos 12 euros.- Oroval (928 78 50 03). Progreso, 12. Agüimes. Delicioso bizcocho canario relleno. Alrededor de 30 euros.Información- Turismo de Gran Canaria (928 21 96 00; www.grancanaria.com).- www.grancanariarural.com propone rutas y reservas en las casas rurales de Gran Canaria.- www.ecoturismocanarias.com es una web dedicada al turismo rural en todo el archipiélago, que incluye casas rurales en Gran Canaria.

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