España recupera crédito

El objetivo está cubierto, pero España sigue sin ofrecer lo mejor de su juego. Puede dar mucho más. Ayer ganó crédito frente a Hungría, a la que venció con claridad y probablemente cerró las puertas del campeonato. El equipo de Juan Carlos Pastor se aseguró de esta forma la clasificación para los cuartos de final y hoy disputará la primera plaza de su grupo frente al potente equipo de Croacia, el único que aún no conoce la derrota en este Mundial de Alemania.

"No vale especular", confesó ayer el portero David Barrufet que, junto al pivote Uríos, fue el mejor del partido. "No sabemos cóm...

El objetivo está cubierto, pero España sigue sin ofrecer lo mejor de su juego. Puede dar mucho más. Ayer ganó crédito frente a Hungría, a la que venció con claridad y probablemente cerró las puertas del campeonato. El equipo de Juan Carlos Pastor se aseguró de esta forma la clasificación para los cuartos de final y hoy disputará la primera plaza de su grupo frente al potente equipo de Croacia, el único que aún no conoce la derrota en este Mundial de Alemania.

"No vale especular", confesó ayer el portero David Barrufet que, junto al pivote Uríos, fue el mejor del partido. "No sabemos cómo quedará la clasificación del otro grupo y, por tanto, es imposible imaginar qué es lo que nos conviene. Para la moral del equipo y para afianzarnos en el Mundial, lo mejor es ganar a Croacia y olvidarnos de todo lo demás. Cualquier rival en cuartos será difícil". Sin embargo, Pastor no quiere correr riesgos inútiles y anunció que piensa preservar a algunos jugadores clave. España no sabrá hasta esta noche si debe viajar a Hamburgo o si se queda en Colonia, integrada en los cuartos que impliquen a Alemania. Los cuatro equipos que viajen a Hamburgo disputarán allí su semifinal y viajarán luego a Colonia (más de 500 kilómetros) en autocar por las restricciones económicas de la organización.

Pero al equipo español nada de eso le preocupa ahora. El partido de ayer ante Hungría devolvió la ilusión al grupo. El equipo reencontró sus esquemas habituales de juego, movió bien el balón en ataque, supo abrir canales para que Uríos recibiera buenos balones y aprovechó las pérdidas de balón de los húngaros y las excelentes paradas de Barrufet para lanzar a Davis y a Tomás a la contra.

Las coordenadas favorecían esta vez a España, a pesar de que el equipo comenzó titubeante tras la derrota sufrida el jueves ante Dinamarca. El 1-4 inicial fue sólo un espejismo, una especie de alucinación. Porque, en cuanto España se asentó en defensa, logró un parcial de 5-0 e igualó el marcador hasta que se marchó definitivamente. Sin embargo, el equipo volvió a evidenciar un problema que parece irresoluble: la falta de lanzadores exteriores. Ni Alberto Entrerríos ni Iker Romero brillaron en sus intentos. Sus goles llegaron fundamentalmente tras cruces y entradas hasta los seis metros. Y fue alarmante la ineficacia de Ion Belaustegui, que falló cinco disparos y perdió dos balones en el pase antes de conseguir su primer y único gol. Lozano apenas pisó la pista.

"Creo que jugamos bastante bien en ataque, con errores en los lanzamientos, eso sí, pero con más continuidad y creando situaciones de gol", comentó Juan Carlos Pastor, que dejó entrever que preferiría no tener que enfrentarse a Francia o Alemania en los cuartos de final y echar su suerte ante Islandia o Polonia. "Lo que ahora nos falta es regularidad para seguir creciendo. Debemos conseguir jugar bien en defensa y en ataque al mismo tiempo, algo que hasta ahora no hemos logrado".