Vecinos de Badalona autofinancian aparcamientos

Entidades vecinales de los distritos de Llefià y Lloreda, en Badalona (Barcelonès), han autofinanciado 19 aparcamientos subterráneos de entre 300 y 600 plazas en los últimos 15 años, 14 en Llefià -a los que habrá que sumar los dos que se construyen actualmente- y 3 en Lloreda, a causa de los graves problemas de estacionamiento existentes. El total de plazas construidas es de 6.500.

"Las dificultades empezaron a finales de los años ochenta, cuando la juventud del barrio adquirió su propio vehículo y en cada casa pasó a haber más de uno", asegura José Luis Gutiérrez, presidente de la coor...

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Entidades vecinales de los distritos de Llefià y Lloreda, en Badalona (Barcelonès), han autofinanciado 19 aparcamientos subterráneos de entre 300 y 600 plazas en los últimos 15 años, 14 en Llefià -a los que habrá que sumar los dos que se construyen actualmente- y 3 en Lloreda, a causa de los graves problemas de estacionamiento existentes. El total de plazas construidas es de 6.500.

"Las dificultades empezaron a finales de los años ochenta, cuando la juventud del barrio adquirió su propio vehículo y en cada casa pasó a haber más de uno", asegura José Luis Gutiérrez, presidente de la coordinadora de Llefià. "Los coches se apiñaban en los solares, de manera que no sólo perdíamos un espacio, sino que el problema persistía, pues las plazas seguían siendo insuficientes". Las entidades vecinales iniciaron entonces los sondeos y las negociaciones con el Ayuntamiento.

La propuesta del barrio de Llefià -que encabezó la iniciativa- consistía en construir y financiar de su propio bolsillo un aparcamiento subterráneo bajo los solares y, a cambio, pedía que el Ayuntamiento liberase la superficie, que era privada, y la convirtiera en plaza pública. "El consistorio colaboró muchísimo, quizá por la presión que ejercimos, quizá porque se dio cuenta del problema; el caso es que recalificó los terrenos, nos permitió construir el aparcamiento sin que además le costase un duro y sólo tuvo que encargarse del mantenimiento de las zonas superiores, que pasaron de ser privadas a uso público".

Proyecto arriesgado

La construcción del primer aparcamiento se inició en 1992 y cada plaza costó "entre 25.000 y 50.000 pesetas", "aunque ahora no hay ninguna que baje de 14.000 euros". "Económicamente siempre ha sido un proyecto arriesgado, a fondo perdido, porque nunca sabemos qué tipo de terreno nos vamos a encontrar ni si será posible proyectar un nuevo aparcamiento. Aun así, ahora es más seguro. Al principio, cuando se iniciaba una construcción, se hacía con las plazas autofinanciadas por cada vecino, por cada propietario. Ahora, sin embargo, aunque se inicie con sólo la mitad de las plazas vendidas, la otra mitad se vende en cuanto se inaugura el garaje".

La iniciativa ha sido copiada por otro barrio de la ciudad, Lloreda, que ha construido tres aparcamientos en la última década bajo sus solares, y éstos han devenido plazas verdes.

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El Ente de Gestión Urbanística (Engestur) del municipio no tiene ningún inconveniente, "al contrario", en seguir colaborando con estas iniciativas, ya que "entiende el aparcamiento como un equipamiento de ciudad que da servicio a residentes y visitantes, que contribuye a mejorar la calidad de vida de los barrios, que favorece los desplazamientos y que potencia la actividad económica y profesional".

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