Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL

ETA, Otegi y su equivocación

Para la banda no hay posibilidad de acuerdo sin autodeterminación

B uena parte de las dificultades que la mayoría de los ciudadanos tropezamos a la hora de entender o interpretar a ETA proceden de que no prestamos suficiente atención a lo que dicen, tanto los propios etarras como los dirigentes de Batasuna. Quizá éste sea un buen momento para abrir las orejas y para releer con calma sus textos. El último comunicado, dejando al margen los sarcasmos que contenga y la surrealista idea de dar el pésame a los propios asesinados -como si los etarras no supieran lo que significa esa expresión o, más insólito todavía, como si pensaran que es posible compartir la pen...

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B uena parte de las dificultades que la mayoría de los ciudadanos tropezamos a la hora de entender o interpretar a ETA proceden de que no prestamos suficiente atención a lo que dicen, tanto los propios etarras como los dirigentes de Batasuna. Quizá éste sea un buen momento para abrir las orejas y para releer con calma sus textos. El último comunicado, dejando al margen los sarcasmos que contenga y la surrealista idea de dar el pésame a los propios asesinados -como si los etarras no supieran lo que significa esa expresión o, más insólito todavía, como si pensaran que es posible compartir la pena de los muertos-, ayuda a aclarar algunos puntos interesantes:

1. ETA advierte de que el Gobierno español "debería saber que no podrán construir un proceso de paz manteniendo los límites políticos que han generado el conflicto"; es decir, la Constitución y el marco jurídico actual. El Gobierno de España y el PSOE, afirman, se han empeñado hasta ahora en esa postura. Es decir, ETA no admite más diálogo que el necesario para organizar la reforma de la Constitución y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación. Por supuesto, no exige ejercer ese derecho inmediatamente, pero sí su reconocimiento para un posterior desarrollo legislativo.

Es posible que Otegi crea realmente que la banda terrorista se ha equivocado con sus prisas y el atentado, pero comparte la exigencia del mismo "mínimo"

Si no existe por parte del Estado español ese reconocimiento previo de que el derecho de autodeterminación se regulará de alguna forma y de que quedará abierta la reclamación territorial (Navarra y País Vasco francés), no hay posibilidad de paz ni de tranquilidad. Eso es en lo que los partidos políticos deben trabajar: en la fórmula que permita llegar a ese punto, conmina ETA.

2. Josu Jon Imaz, presidente del PNV, y todos quienes comparten su posición (primero la paz, luego la política) dentro de ese partido nacionalista, "actúan contra la izquierda abertzale", y se merecen un serio toque de atención. Ésta es la mayor amenaza de ETA, al menos de forma pública, que se recuerda contra un presidente del PNV.

3. ETA advierte "a los agentes o líderes que se dedican a repartir críticas en torno al tutelaje de ETA" que no lo piensa consentir. La banda terrorista denuncia y amenaza expresamente "a quienes desde sectores abertzales puedan criticar el tutelaje de ETA sobre Batasuna". "Les invitamos a dejar de lado el flujo de palabras que no nos llevan a ninguna parte", advierte con claridad. Quienes disientan dentro de Batasuna deben sentirse directamente amenazados.

La lectura del comunicado deja la impresión de que los etarras creyeron en algún momento que sería posible "poner a trabajar" a los partidos en este proyecto, y que cuando sospechan que no es así y que, simplemente, está pasando el tiempo, deciden actuar para "evitar ambigüedades" o malentendidos.

Para evitar otros malentendidos y comprender mejor la posición de Otegi, quizá sería también conveniente que los políticos españoles leyeran la larga e interesante entrevista con ese dirigente de Batasuna que publicó la editorial de Gara en 2005 (Mañana, Euskal Herria, Iñaki Iriondo / Ramon Sola). Otegi mantiene exactamente el mismo discurso que el del comunicado de ETA: es necesario poner las bases de un diálogo multilateral, pero, explica, "la izquierda abertzale no está dispuesta a poner en marcha un proceso sobre el aire, que le conduzca al fracaso o al bloqueo en unos meses".

El único punto de discordancia entre el comunicado etarra de esta semana y aquella lejana entrevista es que ya entonces Otegi temía que las prisas les pudieran llevar a cometer errores. "No queremos que las prisas nos lleven a cometer errores políticos que al final puedan llevar a bloquear o frustrar el proceso", explicaba.

Otegi deja claro que el reconocimiento del derecho de los vascos a decidir no significa que tenga que ser ejercido inmediatamente, pero sí que sin ese reconocimiento no hay pacto posible. "Con dicho reconocimiento se consigue la superación del conflicto político y armado", garantiza. Tampoco hace falta, por ahora, preguntar directamente a los ciudadanos vascos si están a favor o en contra de la independencia. Lo más inteligente, propone, es preguntarles si están a favor o en contra del acuerdo alcanzado multilateralmente (el que reconoce el derecho, sin fijar fecha para ejercitarlo).

Es muy posible que Otegi considere realmente que la bomba de ETA ha sido un error y que las prisas de la organización armada han hecho más daño que beneficio, pero la realidad es que, más tarde o más temprano, el dirigente de Batasuna debería haber llegado a la misma conclusión que la banda: el Gobierno y el PSE en su conjunto estaban dispuestos a hablar, hablar y hablar, pero no a llegar a ese "mínimo" que el propio Otegi considera inexcusable. A lo mejor es bueno que Otegi haya llegado ya a esa conclusión y que, si quiere que haya una próxima vez, sepa que tiene que partir de otra entrevista.

Arnaldo Otegi.

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