Del Buen Retiro al alcázar toledano
"Qué pena, el museo se nos va". Esta frase de María Elena Martín resume el sentir de muchos moradores del barrio de Los Jerónimos, junto al madrileño paseo del Prado. Durante tres años, pugnaron en la calle y ante los tribunales por retener en Madrid una institución única, cargada de historia militar y de cultura. Se refiere al Museo del Ejército, instalado desde 1841 en el último vestigio del palacio barroco del Buen Retiro, que se despide de Madrid con una exposición dedicada a las banderas de España, antes de trasladarse definitivamente al alcázar de Toledo.