Reportaje:EN EL CAMBIO DE AÑO

El primer buen curso de Alierta

Telefónica remonta en Bolsa empujada por la compra de O2 y por beneficios récord

Telefónica vivió en 2006 su primer año bueno del siglo. Desde que en 2000 estallara la burbuja tecnológica, con el desplome bursátil y la crisis financiera que arrastró a todas las compañías del sector, la operadora había vivido en una permanente zozobra. César Alierta, que tomó el relevo de la presidencia en verano de 2000, ha tenido, desde entonces, que gestionar la herencia del polémico Juan Villalonga.

Alierta adelgazó el organigrama, deshaciéndose del ruinoso negocio de los medios de comunicación del grupo o liquidando las compras mastodónticas como la Lycos o las licencias ...

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Telefónica vivió en 2006 su primer año bueno del siglo. Desde que en 2000 estallara la burbuja tecnológica, con el desplome bursátil y la crisis financiera que arrastró a todas las compañías del sector, la operadora había vivido en una permanente zozobra. César Alierta, que tomó el relevo de la presidencia en verano de 2000, ha tenido, desde entonces, que gestionar la herencia del polémico Juan Villalonga.

Alierta adelgazó el organigrama, deshaciéndose del ruinoso negocio de los medios de comunicación del grupo o liquidando las compras mastodónticas como la Lycos o las licencias de telefonía móvil en Alemania y Italia. Esa labor de ajuste no sólo no tuvo ninguna recompensa en Bolsa sino que fue duramente castigada por los mercados. La acción no levantaba cabeza. En 2005, Telefónica tuvo el dudoso honor de ser uno de los cuatro valores del Ibex que tuvieron un comportamiento negativo.

Alierta garantizó a los accionistas que duplicará el dividendo: de 0,5 euros por acción que se abonó en 2005, se pasará a 1 euro en 2009

Pero la tendencia ha cambiado y, por fin, el 2006 ha traído paz en la compañía y prosperidad bursátil a la operadora. La mayor multinacional española ha batido récords de ingresos y de beneficios (5.185,7 millones en los primeros nueve meses). A falta de los datos de cierre del año, Telefónica puede convertirse en la empresa española que más gana, desbancando a los grandes bancos BBVA y Santander. Además, está a tiro de piedra de convertirse también en la primera firma por capitalización bursátil arrebatando el liderazgo al banco presidido por Emilio Botín, del que sólo le separan 8.000 millones de euros.

En el plano internacional, tampoco le ha ido nada mal. Es la primera por resultados de su sector en toda Europa, por delante de Deutsche Telekom o France Télécom. Por capitalización bursátil alcanzó el cuarto puesto mundial, del que desplazó a la estadounidense Verizon. Ahora sólo están por delante China Mobile, Vodafone y AT&T.

La base de este éxito ha sido la consolidación de las últimas compras realizadas por el grupo y, en particular, la de O2, la segunda compañía de móviles británica con presencia en Alemania e Irlanda que fue adquirida en 2004 por 17.000 millones de libras (26.000 millones de euros).

En el primer aniversario de la compra, O2 ha contribuido positivamente a la necesaria diversificación geográfica de los ingresos del grupo, que ha variado significativamente: España contribuye un 39,2% (55% hace 1 año), Latinoamérica un 35,1% (40,6% hace un año) y Europa da el salto hasta el 25%. Es decir, que cuatro de cada diez euros provienen del negocio en el Viejo Continente. La compañía ha alcanzado una cuota del 28% de las líneas en Latinoamérica y del 10,6% en Europa. Pero tal vez O2 plantee el mayor desafío para el futuro. Y es que con Móviles y Terra absorbidos, el grupo ahora es una pura dicotomía: de un lado, Telefónica; y del otro, O2. Y no parece que ambas partes tengan una armonía perfecta.

Junto al efecto O2, también ha sido decisivo el mensaje de tranquilidad lanzado por César Alierta a los accionistas y a los analistas. A los primeros, les garantizó que duplicará el dividendo en cuatro años, de los 0,5 euros por acción que se abonó en 2005 se pasará a un euro en 2009. Para los segundos, el mensaje fue conservador: compromiso de limitar las compras del grupo a un máximo de 1.500 millones hasta finales de 2007, para no perjudicar al valor de la acción.

El desafió para el futuro es conseguir aumentar en 30.000 millones de euros los 37.314 millones de ingresos de 2005 en un plazo de cuatro años, con lo que se acercaría a los 70.000 millones en 2009.

Telefónica ha alcanzado una cuota del 28% de las líneas en Latinoamérica y del 10,6% en Europa.G. BATTISTA

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