La Scala de Milán renuncia al irreverente 'Candide' de Bernstein

Según Stephane Lissner, la polémica ópera cómica, representada en París con éxito, no está en la línea artística de la sala milanesa

Stephane Lissner, el director artístico de la Scala de Milán, ha hecho saber que renuncia a programar Candide, la ópera de Leonard Bernstein de la que su teatro era coproductor junto al Théâtre du Châtelet de París y la English National Opera de Londres. El montaje, firmado por el canadiense Robert Carsen, "no está en la línea de la programación artística de la Scala", ha dicho Lissner.

En una crónica publicada en este periódico con motivo del estreno de la producción en París ya nos hicimos eco de que se trataba de un "Cándido malicioso", con una dime...

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Stephane Lissner, el director artístico de la Scala de Milán, ha hecho saber que renuncia a programar Candide, la ópera de Leonard Bernstein de la que su teatro era coproductor junto al Théâtre du Châtelet de París y la English National Opera de Londres. El montaje, firmado por el canadiense Robert Carsen, "no está en la línea de la programación artística de la Scala", ha dicho Lissner.

En una crónica publicada en este periódico con motivo del estreno de la producción en París ya nos hicimos eco de que se trataba de un "Cándido malicioso", con una dimensión de parodia política evidente que incluía presentar a George Bush, Tony Blair, Vladímir Putin, Jacques Chirac y Silvio Berlusconi, cantando borrachos y flotando en medio de un mar de chapapote. Cuando se sabe del peso de Berlusconi sobre la vida económica italiana y, más concretamente, sobre la ciudad de Milán, la actitud de Lissner se asemeja a una concesión prudente ante las exigencias del poder.

Según Lissner, el problema lo plantean los textos añadidos por Ian Burton y Carsen al libreto de Lillian Hellman. Lo cierto es que si la música de Bernstein es inteligente e irónica, el texto de Hellman adaptando a Voltaire es pesadamente político y esa tendencia queda reforzada en el montaje de Carsen, que sitúa parte de la acción en la Casa Blanca y ofrece una visión demoledora -y simplista- de Estados Unidos en la actualidad.

Para Lissner, que ya ha visto cómo la Aida con la que abrió temporada resultaba muy polémica debido a la presencia del tenor franco-italiano Roberto Alagna, ese segundo tropezón con una coproducción con un teatro francés no augura nada bueno.

Escena de la ópera cómmica Candide, de Leonard Bernstein, que se representa en el Thèâtre du Châtelet de París. Los actures llevan las máscaras de los mandatarios Tony Blair, Vladimir Putin, Jacques Chirac, George W. Bush y Silvio Berlusconi, y visten ropa interior y corbatas con la bandera de sus respectivos países.ASSOCIATED PRESS

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