Cartas al director

Polémica sobre los toros

Tengo buenos amigos taurinos; sin embargo, aun a riesgo de perder su amistad, no puedo por menos que darle un ¡olé! a la ministra Narbona por sus declaraciones aunque, luego, las haya matizado con: "Es una opinión personal". Ni que decir tiene que la derecha y la izquierda se han rasgado las vestiduras ante una medida que puede ser impopular. Pero sin duda suavizar la fiesta nacional sería un gran paso para, entre otras cosas, sacar adelante la Ley contra el maltrato animal que tanto beneficiaría a otros seres irracionales.

Así que, ministra Narbona, desde el fondo de mi corazón le lanz...

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Tengo buenos amigos taurinos; sin embargo, aun a riesgo de perder su amistad, no puedo por menos que darle un ¡olé! a la ministra Narbona por sus declaraciones aunque, luego, las haya matizado con: "Es una opinión personal". Ni que decir tiene que la derecha y la izquierda se han rasgado las vestiduras ante una medida que puede ser impopular. Pero sin duda suavizar la fiesta nacional sería un gran paso para, entre otras cosas, sacar adelante la Ley contra el maltrato animal que tanto beneficiaría a otros seres irracionales.

Así que, ministra Narbona, desde el fondo de mi corazón le lanzo un ¡olé! por su vergüenza torera.- Olga Ramos de Gamboa. San Sebastián de los Reyes, Madrid.

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En los informativos de TVE Internacional de ayer a las 9:00 (15:00 en España), unos políticos debatían sobre las corridas de toros y si se debían prohibir o no. Quiero añadir al debate la opinión de un experto: el gran torero Ignacio Sánchez Mejías (dramaturgo, periodista, mecenas de la Generación del 27, etc.) en su conferencia titulada El pase de la muerte, pronunciada en el Instituto de las Españas de la Universidad de Columbia de Nueva York, el 20 de Febrero de 1930, dice textualmente: "No tengo inconveniente en que se clasifiquen a las corridas de toros entre las crueldades universales...

En verdad, en la realización de las corridas de toros, la crueldad es vista y no vista. La educación artística de un individuo, de una sociedad o de una nación no puede improvisarse, es cuestión de siglos. Por eso España, país de artistas, presencia las corridas de toros sin dar importancia a la sangre derramada porque están en juego, sobre todo, valores artísticos y vitales irrenunciables. El torero se juega la vida a cara o cruz sin más ventaja que su inteligencia. Todas las ventajas son del toro. El toro dispone de la muerte y tiene la intención de utilizarla. El toro es la bala que viene derecha a matarnos. La virtud del torero es no asustarse de la muerte. La ciencia de la tauromaquia consiste en el arte de burlar la bala.

Hablemos mucho más claro: antes de aceptar, sin más, la crueldad de la corrida de toros habrá que discutir sobre la guerra, sobre la caza, sobre el boxeo y otras muchas cosas que la cortesía me impide enumerar. Cuando la humanidad esté en un grado tal de civilización que no quede ninguna crueldad, entonces sería cosa de hablar de suprimir las corridas de toros. Pero mientras los seres humanos hablen tranquilamente del número de hombres que cada nación puede matar en un momento determinado, hablar de la crueldad de las corridas de toros es ridículo. Dentro de las crueldades humanas no se puede tomar ni un pequeño detalle que compita en belleza con la realización artística del toreo...".

La conferencia de Sánchez Mejías ha sido publicada por la revista Quites, n. 6, 1987. Diputación provincial de Valencia. Se trata de un estudio filosófico, en lenguaje poético, de gran interés.

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