Crítica:

Inmaterialidad e inexistencia

Formado en el mundo de las artes que se aprecian con la mirada, Nacho Criado (Mengíbar, 1943) es uno de los primeros artistas que en Madrid comenzó a realizar obras conceptuales abandonando las prácticas en las que se apoyaban las artes tradicionales. A finales de los años sesenta en España todo era difuso y confuso. Sólo algunas publicaciones de Simón Marchán o Victoria Combalía cartografiaron y presentaron algunos de los principios que habían conducido al arte hacia los presupuestos lingüísticos, la desmaterialización, la poética de lo neutro y el desbordamiento de los formatos tradicionales...

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Formado en el mundo de las artes que se aprecian con la mirada, Nacho Criado (Mengíbar, 1943) es uno de los primeros artistas que en Madrid comenzó a realizar obras conceptuales abandonando las prácticas en las que se apoyaban las artes tradicionales. A finales de los años sesenta en España todo era difuso y confuso. Sólo algunas publicaciones de Simón Marchán o Victoria Combalía cartografiaron y presentaron algunos de los principios que habían conducido al arte hacia los presupuestos lingüísticos, la desmaterialización, la poética de lo neutro y el desbordamiento de los formatos tradicionales. Para entonces, Nacho Criado ya había producido algunas obras que presuponían una asimilación temprana de aquellos principios, acercándose al arte povera, por un lado, y al minimal art, por otro.

NACHO CRIADO

Círculo de Bellas Artes Alcalá, 42. Madrid

Hasta el 21 de enero de 2007

Ocupando el espacio con elementos no convencionales, sirviéndose de su cuerpo, de la fotografía o de las palabras y, más tarde, experimentando con la transparencia de los vidrios, Nacho Criado lleva más de 35 años realizando obras y acciones que, pese a su heterogeneidad, mantienen un sello personal, entre reflexivo e irónico, en el amplio espectro del conceptualismo.

Pero no todo lo que ha pensado e ideado lo ha podido llevar a cabo, muchas obras han quedado en proyecto, han girado hacia otras formalizaciones o, después de realizadas, han sido involuntariamente mutiladas, mostrando nuevos aspectos. En la exposición actual, bautizada con el significativo título Nacho Criado [no existe], el artista ha querido mostrar, en un montaje escenográfico que engloba diversos trabajos y proyectos, aquellas ideas que no llegaron a construirse como obras, algunos fragmentos que son meros testigos de piezas que ya no existen, así como elementos, imágenes y objetos que fueron utilizados de otra manera en piezas que sí han llegado a ser conocidas. De esta manera ofrece algo insólito, ya que lo que se exhibe no son obras propiamente dichas, sin embargo, a través de ellas se muestra, con relativa claridad, el proceso de pensamiento, realización y reutilización del artista, así como la imposibilidad de muchas de sus ideas. Sin ser una retrospectiva, nos induce a recordar aquellos difíciles orígenes del arte conceptual español.

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