Columna

Etelvina, peleona

Si el cronista se patea la calle y la escucha, que por la calle es por donde circula la cosa pública, aunque los políticos de fortuna lo ignoren, escuchará peticiones tan de curso legal como la de una señora que sale del mercado, se encara con la candidata socialista a la alcaldía y le dice: "A ver si nos quitas de una vez al gordo de encima, Etelvina", que es la expresión más risueña de cualquier programa electoral, para las municipales, que se precie. El cronista recuerda vagamente a una Etelvina Andreu adolescente, bailando tradiciones de la tierra en el grupo Cresol, cuando caía la nieve e...

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Si el cronista se patea la calle y la escucha, que por la calle es por donde circula la cosa pública, aunque los políticos de fortuna lo ignoren, escuchará peticiones tan de curso legal como la de una señora que sale del mercado, se encara con la candidata socialista a la alcaldía y le dice: "A ver si nos quitas de una vez al gordo de encima, Etelvina", que es la expresión más risueña de cualquier programa electoral, para las municipales, que se precie. El cronista recuerda vagamente a una Etelvina Andreu adolescente, bailando tradiciones de la tierra en el grupo Cresol, cuando caía la nieve en Niza; era en carnavales y mediaban los ochenta. De aquella adolescente a la joven mujer de hoy, ha habido muchos estudios, mucha investigación científica en el equipo de Bernat Soria y mucha firmeza al frente de la subdelegación del Gobierno. Etelvina Andreu es así, o así se le figura al cronista, como un reducto de ilusión y rigor, donde no hay resquicios ni para el chalaneo, ni para la chapuza. Al cronista, le han asegurado que la alcaldable por el PSPV tiene la ciudad en la cabeza: la deplorable ciudad de Alperi, y esa otra ciudad "levantada con vigor, para evitar que cuatro especuladores continúen manejando su diseño, a costa de todos los vecinos, y con un PGOU racional y que no contemple desmesuras, como lo de Rabassa". Sobre el tapete se ha puesto el valor necesario para dotar a cada barrio de servicios de limpieza y de un plan específico de seguridad. Roque Moreno, secretario general de los socialistas en Alicante, le comenta al cronista que Etelvina se pondrá a trabajar desde el primer momento. A lo que se ve y se dice, ni falta que le hace ese periodo de prueba de 100 días, que se les concede a los cargos públicos, cuando se estrenan. Y añade Roque Moreno que frente a la vocación de servicio público, de manos limpias, de transparencia en la gestión y de vida para Alicante, que aporta Etelvina Andreu, se acentúa el nerviosismo del PP, que sólo emite mensajes sin base ni contenido, "El PP es experto en vender la nada". Y en chanchullos. Apenas dentro de unas horas, en el Pabellón Municipal Florida Babel, de Alicante, se celebrará el mitin de presentación de Etelvina. Y a su lado estarán Bernat Soria, Leire Pajín, Ignasi Pla y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Uno de los más notables carteles de estos comicios municipales. Pero, ¿cuál es el pronóstico de la demoscopia? Lo poco que se sabe, resulta ciertamente confuso, y, en parte, los resultados electorales que se barajan dependen de los partidos a la izquierda del PSPV, y de los hipotéticos pactos entre EU y el Bloc. Algunos socialistas afirman que, a estas alturas, se advierte un empate técnico con los populares, aunque con más votos para la lista encabezada por Etelvina Andreu. ¿Arrimarán el hombro, por igual, todos los sectores del PSPV? La campaña se percibe dura. Y a Etelvina le puede el corazón, pero no el adversario. Sabe muy bien dónde repartir estopa. Es peleona.

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