Las lluvias disparan las emergencias en numerosos municipios de toda Galicia

A las trombas de agua y riadas habituales en A Coruña y Pontevedra se sumaron las de Lugo

La lluvia volvió a inducir escenas que se están haciendo singularmente insistentes este otoño en Galicia, como si éste fuera un país de secano. Calles y edificios anegados, carreteras cortadas por ríadas o embalsamientos de agua; incluso algunos trenes tuvieron que parar ayer. Ya no fueron sólo las villas y ciudades de Pontevedra y A Coruña las afectadas, también de Lugo, algunos municipios de Terra Chá y la capital, cuya histórica muralla perdió algunos cascotes. La geografía de incidencias resulta agotadora, pero en ningún caso hay que contar desgracias personales. Hoy será peor en la mar....

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La lluvia volvió a inducir escenas que se están haciendo singularmente insistentes este otoño en Galicia, como si éste fuera un país de secano. Calles y edificios anegados, carreteras cortadas por ríadas o embalsamientos de agua; incluso algunos trenes tuvieron que parar ayer. Ya no fueron sólo las villas y ciudades de Pontevedra y A Coruña las afectadas, también de Lugo, algunos municipios de Terra Chá y la capital, cuya histórica muralla perdió algunos cascotes. La geografía de incidencias resulta agotadora, pero en ningún caso hay que contar desgracias personales. Hoy será peor en la mar.

En los soportales del mercado de Sabarís había a media tarde aglomeración de vecinos y periodistas. Entre las cinco y las seis, con la pleamar, era probable que el río Groba volviera a desbordar, como por la mañana, como tantas otras veces desde la gran crecida del 22 de octubre, y no hay mejor observatorio que esos soportales. "Cuando el agua llega a esa ventana, ya está", señala Xosé Enrique Fernández el punto de referencia. Pero el río estaba caprichoso: subía una cuarta y la bajaba al rato, sin perder su torrencialidad achocolatada. No se desbordó con la pleamar.

En Sabarís aún hay cinco familias que no han podido volver a sus casas desde la primera riada de la temporada. Ayer había vecinos que declaraban ante las sucesivas cámaras estar "hartos, hartos" de que nadie haga nada; otros empiezan a tomárselo con humor, como el dueño de una ferretería que ha colocado en su escaparate un nacimiento con la Sagrada Familia en balsa y los Reyes Magos con las ayudas de la Xunta, del Gobierno y del Consorcio de Seguros, respectivamente. "Ésta va a ser nuestra Navidad", vaticina.

Vázquez Almuiña, el alcalde baionés, patea la zona a cuerpo gentil. "Es médico y le falta carácter", comenta un vecino en los soportales. "Tendría que poner la maquinaria pesada a romper la carretera [de la costa], y después, ya se arreglaría con la Xunta". "Yo ya le dije al alcalde que hagan, que no nos estamos quejando de balde", tercia Lola Bustamante, una mujer que ya ha visto cómo las aguas subían en su casa hasta 1,90 metros. Por indicación suya, a mediodía sacaron dos camiones de lodo de un desagüe próximo a la desembocadura del río. "¡Dos camiones!, y si no lo digo, no lo ven".

Nunca hubo riadas tan violentas en Sabarís, asegura Lola. Y el alcalde lo ratifica: el torrente trae todo el agua que cae sobre la sierra de A Groba, que los incendios arrasaron este verano. Por la mañana arrastró cuatro enormes abedules, y más ramas y lodos. Toda la maquinaria del Ayuntamiento de Baiona está operando en Sabarís, más la que alquilan a Tragsa, que va salpicando bombas de achique por el territorio anegado.

En la provincia de Pontevedra volvieron a reproducirse los problemas en Vilagarcía, O Morrazo (en Bueu se manifestaron los vecinos pidiendo soluciones), Caldas, Tui, Tomiño...

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El Mero también se sale

En la localidad coruñesa de Cambre, el desbordamiento del río Mero obligó al desalojo de siete viviendas de O Caneiro y A Telva. El rescate comenzó a las cuatro de la madrugada y se prolongó a lo largo de la mañana e incluyó las lanchas neumáticas de Protección Civil. A la mayoría de los afectados las inundaciones no les ha cogido de sorpresa, ya habían puesto a salvo los muebles y enseres.

Las riberas del Mero suelen inundarse cada temporada de lluvias, aunque este año se habían librado. Desde hace meses se realizan obras de canalización del cauce y algunos atribuyen la inundación a esas obras: "Antes el río iba llevando más o menos el agua, pero ahora está más alto que la tierra", comentaba uno.

También en Mesoiro, un barrio del extrarradio coruñés, se desbordó el riachuelo del mismo nombre por segundo día consecutivo. A media mañana, el agua alcanzó la carretera de Feáns, lo que obligó a cortar el tráfico, ocasionando un considerable atasco. Los vecinos ya habían denunciado al Ayuntamiento el riesgo de inundación. Lo achacan a la urbanización de la zona, donde una poderosa constructora y promotora desvió el cauce del río para levantar 3.000 viviendas. Apuntan también a una edificación de dos alturas con garaje que está hecha sobre un regato.

Además, hubo inundaciones en la costa coruñesa de Ferrol a Rianxo o, ya en Lugo, en Outeiro de Rei, Cospeito y Castro de Rei. Los pronósticos trasladan hoy la alerta roja a la mar: vientos de 100 a 110 km/h en toda la costa y olas de siete metros en la coruñesa.

Caos en coche y en tren

Las lluvias provocaron inundaciones en Pontevedra y A Coruña y afectaron a las propiedades particulares y a las infraestructuras. Dieciocho carreteras muy transitadas y hasta la vía férrea que une

Vigo y Pontevedra a la altura de la estación de Arcade tuvieron que ser cortadas o atendidas por agentes por las balsas de agua, los desprendimientos y los socavones.

El tráfico ferroviario, en la vía que parte de Vigo en dirección a Ourense permaneció cortado hasta las 14.30 horas por la inundación que afectó a Arcade y los pasajeros de cuatro trenes tuvieron que viajar en autobús entre Vigo y Pontevedra.

Entre las localidades más afectadas por los desbordamientos destacaron Cambre,Narón, Outes, Rianxo, Cambados, Redondela, Baiona y Tomiño, pero hubo cortes y balsas de agua en viales de Arteixo, O Barbanza, Muxía, Santiago, y en rutas tan utilizadas como la AP-9 en O Morrazo o la N-550 en el sur de Pontevedra.

Además, las trombas dañaron la parte superior de la muralla de Lugo y afectaron a viviendas y fincas de toda Galicia. Anteayer, incluso, la localidad pontevedresa de Meaño registró un pequeño tornado que se llevó por delante árboles, plantaciones y algunas cubiertas.

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