Necrológica:EN MEMORIA DE MANUEL TORRES, FÍSICO

La investigación imaginativa

Las contribuciones más importantes de Manuel Torres se centran en la física, y han sido destacadas en las más importantes revistas científicas internacionales. No quedan ahí sin embargo sus aportaciones porque su espíritu abierto le lleva a abordar otros muchos campos de la investigación.

Fueron muchos sus trabajos científicos en los más variados campos de la física. Así, en magnetismo podríamos citar la aplicación del análisis de Fourier al histórico problema de Stoner y Wohlfarth. En geometría y cuasicristales, que siempre despertaron en él una especial fascinación, aportó mod...

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Las contribuciones más importantes de Manuel Torres se centran en la física, y han sido destacadas en las más importantes revistas científicas internacionales. No quedan ahí sin embargo sus aportaciones porque su espíritu abierto le lleva a abordar otros muchos campos de la investigación.

Fueron muchos sus trabajos científicos en los más variados campos de la física. Así, en magnetismo podríamos citar la aplicación del análisis de Fourier al histórico problema de Stoner y Wohlfarth. En geometría y cuasicristales, que siempre despertaron en él una especial fascinación, aportó modelos geométricos capaces de explicar las transiciones continuas de un cuasicristal a un cristal, contribución que fue destacada en la sección News and views de la prestigiosa revista Nature. En acústica estudió las propiedades de los band gap ultrasónicos, donde utilizaba las herramientas de la teoría cuántica en sistemas que se muestran a nivel macroscópico.

Sus experimentos fueron siempre sencillos y rotundos. Primero fue capaz de visualizar las ondas de Bloch en un experimento con ondas de un fluido en una vasija vibrante, resultado que publicó en la revista Nature. Más adelante, modificó el experimento para visualizar ondas cuasiperiódicas, lo que le valió una mención en el Focus Physical Review.

Su carácter extrovertido y de comunicador nato, le hacía tocar numerosos campos de la investigación que generaban fructíferas colaboraciones. Así, este último año, mostró que la cubierta calcárea de ciertas algas, los cocolitoforos, tiene una disposición microestructurada capaz de manipular la luz ultravioleta, reflejándola, tal como lo hacen dispositivos de silicio en los llamados cristales fotónicos.

Sus investigaciones se sustentaban en brillantes propuestas que solían conducir a resultados sorprendentes. Así, por ejemplo, en colaboración con sus colegas de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Oxford, demostró que el adjetivo "turbulento" de la pintura de Van Gogh alcanzaba la significación matemática, precisa y objetiva, descrita en la física de fluidos.

Destacó también como divulgador de la ciencia (colaboró activamente con EL PAÍS, y con numerosos programas de radio y televisión) siempre interesado en buscar aspectos recónditos de la física y su interrelación con la historia, el arte, la biología, la vida misma.

Manuel Torres era entrañable, culto, polifacético, polémico en sus planteamientos e innovador en las soluciones. Todos sus trabajos de investigación rezumaban belleza. Sus compañeros y amigos quedaban subyugados ante sus brillantes contribuciones. Era un científico, pero ante todo era un artista de una sensibilidad exquisita. El recuerdo de su contagioso entusiasmo nos ayudará a soportar el doloroso vacío que nos ha dejado.

Gerardo Pastor, Pedro Corredera, José Luis Aragón y todos sus compañeros del CSIC.

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