El Recreativo toca el cielo

En el Nuevo Colombino se frotan los ojos. Sí, sí, ése es su equipo, el mismo que el curso pasado andaba en Segunda y que ahora se pasea por los puestos europeos con un juego de encaje. El conjunto de Marcelino no sólo ha escalado en la tabla desde lo más bajo, sino que lo ha hecho a partir del buen fútbol. Doble mérito. Al frente del idilio aparece Cazorla, despreciado este verano por el Villarreal y por el que fluye el juego del Recreativo desde la banda derecha. Cazorla aprendió la sutileza en El Madrigal y en Huelva se les cae la baba viéndole jugar. Como en el gol que desmontó a Osasuna. E...

En el Nuevo Colombino se frotan los ojos. Sí, sí, ése es su equipo, el mismo que el curso pasado andaba en Segunda y que ahora se pasea por los puestos europeos con un juego de encaje. El conjunto de Marcelino no sólo ha escalado en la tabla desde lo más bajo, sino que lo ha hecho a partir del buen fútbol. Doble mérito. Al frente del idilio aparece Cazorla, despreciado este verano por el Villarreal y por el que fluye el juego del Recreativo desde la banda derecha. Cazorla aprendió la sutileza en El Madrigal y en Huelva se les cae la baba viéndole jugar. Como en el gol que desmontó a Osasuna. Encerrado en el rincón del córner, el asturiano burló con un recorte a Monreal y Héctor Font y mandó el balón al centro del área. Ahí fue Javi Guerrero el que se buscó la vida. Elevó su pequeño cuerpo del suelo y convirtió un balón suelto en gol por su fe en perseguir la pelota.

Osasuna se quedó estancado en una propuesta demasiado rácana. Saltó al campo con la idea de no perder su tercer partido seguido y eso fue precisamente lo que se llevó a casa. No puede ser de otra manera cuando el primer disparo entre los tres palos llega en el minuto 70. Osasuna amagó de inicio con morder el balón, pero fue sólo una mueca. Ni lo quería ni sabía darle vuelo. Su fútbol gris apagó por unos instantes al Recreativo, contagiado del aburrimiento y de los balones al cielo. Se imponían las defensas a las delanteras hasta que el conjunto de Marcelino se rebeló. Entonces surgió el equipo jugón, clavó la pelota al césped y empezó a hacer lo que sabe. Mario estrelló el balón en el larguero y Cazorla leyó la partitura. Su jugada antes del descanso decantó el partido.

Osasuna se quedó paralizado, sin signo alguno de reacción. Ni pudo ni supo. El balón era del Recreativo, empeñado en abrir más la brecha. De mantener el resultado, nada. "¡Hay que meterla! ¡Ahora, ahora!", gritaba Marcelino. Fue el Recre el que se marchó al ataque pese a su ventaja, quizá porque no conoce otra manera de jugar. Osasuna acabó arrinconado por el juego del Recreativo, sin nada que decir en el ataque. Milosevic vivió el partido desesperado, a ratos más pendiente de defender en los saques de esquina que de buscar la portería de López Vallejo. El meta pasó la tarde en la gloria. Junto a Milosevic, Valdo fue otro fantasma y Soldado corrió la misma suerte cuando entró para arreglar las cosas. Raúl García fue superado en el medio por mucho que Ziganda meneó el banquillo en busca de soluciones.

El Recre cerró el partido a lo grande, con un golazo del jovencito y escurridizo Uche, uno de los ídolos de la grada. Barrió a Josetxo y Flaño, dos estatuas, y fusiló a Ricardo. Es la tercera victoria seguida del Recreativo, su mejor inicio de Liga... En Huelva no se lo creen.