Cartas al director

Ni Caperucitas, ni lobos: Pepitos grillos

Confieso que, aunque no los he votado, cada vez despiertan en mí más simpatía. Son iconoclastas, respondones y, sobre todo, nadan a contracorriente. Esa corriente que durante muchos años ha intentado modelar nuestra identidad, en lugar de dedicar las energías a problemas mucho más reales y cotidianos. Ahora, algunos de los que dirigen la corriente, o se dejan llevar cómodamente por ella, están indignados y los interpelan, los acusan, los etiquetan y cosas peores. El último el señor Culla i Clarà que en su artículo Caperucitas y lobos (EL PAÍS, 15-11-2006) les recomienda que se desprenda...

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Confieso que, aunque no los he votado, cada vez despiertan en mí más simpatía. Son iconoclastas, respondones y, sobre todo, nadan a contracorriente. Esa corriente que durante muchos años ha intentado modelar nuestra identidad, en lugar de dedicar las energías a problemas mucho más reales y cotidianos. Ahora, algunos de los que dirigen la corriente, o se dejan llevar cómodamente por ella, están indignados y los interpelan, los acusan, los etiquetan y cosas peores. El último el señor Culla i Clarà que en su artículo Caperucitas y lobos (EL PAÍS, 15-11-2006) les recomienda que se desprendan de la careta y descubran su verdadera y perversa identidad. Señores parlamentarios de Ciutadans: les garantizo mi interés por sus planteamientos, mientras no caigan en actitudes extremas y también, no voy a negarlo, mientras sigan apareciendo artículos como el arriba mencionado.

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