Análisis:A LA PARRILLA

'Cali borroka'

Se hablaba en Documentos TV (La 2) de adicciones a las nuevas tecnologías, en un reportaje titulado NG@NX@2 (y espero que ustedes tarden menos en descifrar el título que yo). Deplorable que un programa de tanta solera y un periodista tan solvente como Pedro Erquicia presentara un trabajo tan pobremente realizado y tan monótono como éste, en el que se desperdiciaba un asunto de interés. Los muchachos enganchados a la consola o al chat estaban todos arrepentidos, por lo que el espacio adquiría una aureola católica y confesional, como de Internautas anónimos. Rafael, e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Se hablaba en Documentos TV (La 2) de adicciones a las nuevas tecnologías, en un reportaje titulado NG@NX@2 (y espero que ustedes tarden menos en descifrar el título que yo). Deplorable que un programa de tanta solera y un periodista tan solvente como Pedro Erquicia presentara un trabajo tan pobremente realizado y tan monótono como éste, en el que se desperdiciaba un asunto de interés. Los muchachos enganchados a la consola o al chat estaban todos arrepentidos, por lo que el espacio adquiría una aureola católica y confesional, como de Internautas anónimos. Rafael, el adicto al móvil, dio su máximo récord: 28 horas seguidas hablando. También se desprendía del documental -y no sé cómo valoraría este dato el sociólogo de turno- que la mayoría de enganchados (traduzco) eran andaluces.

¿Contraprogramaba Cuatro? No parece probable, pero el caso es que mientras esperábamos el comienzo de Noche Hache las cuñas publicitarias parecían una provocación o un desmentido de la bienintencionada denuncia a la adicción telefónica de La 2. Las marcas Orange y Samsung prometían nuevas prestaciones y modelos, y otro anuncio abría horizontes inéditos al usuario: poder jugar con sus móviles a barquitos y a detectar minas sin explotar. Espero que el Ministerio de Defensa esté al tanto. Por fin empezó Noche Hache, y me quedé con la frase de Ricardo Castella: la kale borroka hecha cali borroka en el intento de unos matones pasados de calimocho de quemar vivos en Bilbao a dos policías. Del botellón al cóctel Molotov.

Otros ritos no menos ranciamente españoles se vieron en Hora cero (TVE-1) bajo el título '¿Tradición o maltrato?'. Cabras tiradas desde los campanarios, toros alanceados hasta una muerte lenta, y el que quizá, por sus imágenes estremecedoras, parecía el más cruel: el Toro de Júbilo de Medinaceli, al que le prenden fuego en los cuernos para que el animal salte espantado de sí mismo. El alcalde del pueblo, entrevistado, dijo que "al animal no le quedan secuelas". ¿Como a las víctimas de ETA? El júbilo de los muchachos sorianos aporreando al toro también tenía indicios alcohólicos. ¿Cali corrida?

Archivado En