Reportaje:Fútbol | Décima jornada de Liga

Valverde y Luis César, en el filo de la navaja

"El del domingo, en Anoeta, será el partido del siglo", anunció el pasado miércoles Daniel Sánchez Llibre, el presidente del Espanyol, después de que su equipo quedara eliminado de la Copa del Rey por el Rayo Vallecano. La declaración se entendió como un ultimátum a Ernesto Valverde.

"El partido del siglo ya se jugó el curso pasado en la última jornada, cuando un gol de Corominas le dio la salvación al equipo ante la Real", respondió ayer el técnico; "

cometimos un grave error contra el Rayo y ahora pagamos la penitencia. Yo no tengo la sensación de que me esté jugando el puesto"...

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"El del domingo, en Anoeta, será el partido del siglo", anunció el pasado miércoles Daniel Sánchez Llibre, el presidente del Espanyol, después de que su equipo quedara eliminado de la Copa del Rey por el Rayo Vallecano. La declaración se entendió como un ultimátum a Ernesto Valverde.

"El partido del siglo ya se jugó el curso pasado en la última jornada, cuando un gol de Corominas le dio la salvación al equipo ante la Real", respondió ayer el técnico; "

cometimos un grave error contra el Rayo y ahora pagamos la penitencia. Yo no tengo la sensación de que me esté jugando el puesto". Y remachó: "Me gusta probar este tipo de experiencias delicadas. Está bien que pasen estas situaciones porque nos prueban a todos y nos ponen en nuestro sitio". El problema para el Espanyol es que a la Real Sociedad, que desde hace dos jornadas entrena el ex espanyolista Miguel Ángel Lotina, le urgen aún más los puntos porque es el colista.

Igualmente comprometida es la continuidad de Luis César al frente del Nàstic, el penúltimo en la tabla, después de contar sólo con un triunfo, el de la primera jornada, precisamente en Montjuïc. El equipo grana recibe hoy al Deportivo, que todavía no ha ganado en campo ajeno.

"Esta situación desagradable se soluciona ganando al Deportivo", argumentó el técnico del Nàstic; "yo sé que mi valor decrece cada partido que no gano y lo hace a pasos agigantados. Los entrenadores somos un mal necesario en el fútbol. A veces, sin embargo, es bueno tocar fondo para despertar".

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