El nuevo Gobierno catalán

Montilla reconoce que el cambio de candidato ha desorientado al electorado socialista

Maragall propugna que la izquierda catalana forme un solo grupo en el Congreso

José Montilla, el líder de los socialistas catalanes y futuro presidente de la Generalitat, reconoció ayer ante el consejo nacional del Partit dels Socialistes (PSC) que esperaba un mejor resultado en las elecciones autonómicas del 1-N, en las que perdió 242.000 votos y 5 escaños. Atribuyó el retroceso a varias causas: a una evaluación crítica de la legislatura, a las tensiones originadas por la reforma del Estatuto de autonomía, y también al "cambio de candidato, el propio perfil del candidato y su campaña". Sería una "irresponsabilidad", dijo, pretender que el PSC no tiene "ninguna culpa" en...

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José Montilla, el líder de los socialistas catalanes y futuro presidente de la Generalitat, reconoció ayer ante el consejo nacional del Partit dels Socialistes (PSC) que esperaba un mejor resultado en las elecciones autonómicas del 1-N, en las que perdió 242.000 votos y 5 escaños. Atribuyó el retroceso a varias causas: a una evaluación crítica de la legislatura, a las tensiones originadas por la reforma del Estatuto de autonomía, y también al "cambio de candidato, el propio perfil del candidato y su campaña". Sería una "irresponsabilidad", dijo, pretender que el PSC no tiene "ninguna culpa" en los errores cometidos. Entre los errores citó "el exceso de debates identitarios o esencialistas" que ha habido en los últimos tres años.

El consejo nacional del PSC aprobó ayer por aclamación la alianza de gobierno negociada por sus líderes con Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA) con el nombre de Entesa Catalana de Progrés.

En la defensa del acuerdo que le aupará a la presidencia de la Generalitat, Montilla se detuvo a explicar por qué razón ha rechazado la formación de un Gobierno con Convergència i Unió (CiU), que es una de las posibilidades que permite la aritmética parlamentaria surgida de las urnas. "No se daban las circunstancias excepcionales que justificaban un pacto de estas características", afirmó.

Por el contrario, continuó, el PSC "no puede gobernar con la derecha catalana mientras haya una opción de progreso y catalanista que pueda dirigir el país". El pacto con las otras dos formaciones de la izquierda catalana es, además, a juicio de Montilla, la mejor opción para aplicar el programa de los socialistas y "la más coherente con la historia y la tradición política e ideológica" del PSC.

La primera lección del retroceso electoral extraída por Montilla es que ahora el PSC "tiene que mejorar su conexión con la ciudadanía" y en especial con "los sectores progresistas". La segunda lección de la que tomó nota es que deberá gobernar "sin que se repitan algunos errores". Recurrió a su experiencia como alcalde para afirmar que la forma de recuperar y aumentar la confianza de los ciudadanos es hacer que la acción de gobierno "responda a las inquietudes y los problemas reales" de la gente.

Montilla defendió la plena legitimidad política del acuerdo sellado con ERC e ICV-EUiA, que ha sido puesta en cuestión por el líder de CiU, Artur Mas, que se considera más idóneo para acceder a la presidencia de la Generalitat por haber encabezado la candidatura que quedó en primer lugar en las elecciones. El Gobierno que Montilla se apresta a presidir dispondrá de mayoría absoluta "en el Parlament y en apoyo popular", dijo. "Tendrá el apoyo de más de la mitad de los votantes", proporción que "no tuvo ninguno de los gobiernos de CiU sin que el PSC se lo reprochara nunca".

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La unión de la izquierda

A favor de avanzar más en la alianza de las izquierdas intervino Pasqual Maragall, en su condición de presidente del PSC. Se felicitó por la reedición del pacto tripartito y pidió que algún día este acuerdo se extienda más allá del que el PSC, ERC e ICV-EUiA ya tienen también en el Senado y "formen grupo parlamentario conjunto en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento catalán".

Estas palabras de Maragall no fueron una improvisación. El pasado viernes, en un homenaje al que fue secretario general del PSUC, el partido histórico de los comunistas catalanes, Antoni Gutiérrez Díaz, Maragall se preguntó si tiene todavía algún sentido la división entre socialistas y comunistas y se declaró partidario de superarla. Ayer dijo que "no es hora de andarse con circunloquios" en estos asuntos y sostuvo que ERC "evolucionará en el mismo sentido", aunque admitió que hay que "darle tiempo".

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