¡Cadillacs del cielo!

El proyecto de creación de un centro dedicado a la aviación en el aeropuerto de El Prat causa una emoción electrizante. Visitaremos el recinto para armarnos de valor antes de cada vuelo y, como el Jim Graham de El imperio del sol al ver pasar rasantes los cazas en el campo japonés de Soo Chow, gritaremos entusiasmados: "¡P-51, Cadillac del cielo!".

Pero, ¿qué puñado de aviones históricos vamos a poder admirar allí? El hecho de que aún no se disponga de la lista definitiva de aparatos permite soñar: aviones antiguos que han desempeñado un papel en la historia ...

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El proyecto de creación de un centro dedicado a la aviación en el aeropuerto de El Prat causa una emoción electrizante. Visitaremos el recinto para armarnos de valor antes de cada vuelo y, como el Jim Graham de El imperio del sol al ver pasar rasantes los cazas en el campo japonés de Soo Chow, gritaremos entusiasmados: "¡P-51, Cadillac del cielo!".

Pero, ¿qué puñado de aviones históricos vamos a poder admirar allí? El hecho de que aún no se disponga de la lista definitiva de aparatos permite soñar: aviones antiguos que han desempeñado un papel en la historia aeronáutica catalana como el biplano Voisin 3 LA, el Bleriot XI, un Hedilla-Anzani, un Aviatik de aquellos en los que ejercía de instructora de vuelo la pionera Mari Pepa Colomer... Es evidentente que, por justicia histórica, debería haber un Polikarpov I-15 Chato, acompañado por algún otro aeroplano republicano, un romántico biplaza Grumman CC&F G-23 Delfín, por ejemplo, de los que despegaban de Cardedeu para defender Barcelona. Como en el Imperial War Museum de Londres, cuyo falso cielo se disputan un Spitfire y un Focke Wulf-190, se los podría colgar del techo en combate con sus rivales, los Fiat CR32, etcétera. Parece imprescindible una referencia al estrellado Messerschmitt-109 de Laucirica, el piloto perdido de El Prat -trozos no faltan, yo mismo tengo alguno-. Y por qué no un Stuka, un Mirage, un Me-262...

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