Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de Japón

"Cuando vi a Michael cerré el puño y bajé las revoluciones"

Alonso afirma que ha dado un paso de gigante, pero que no debe bajar la guardia en la última prueba, en Brasil

En el podio de Suzuka hubo de todo. Caras largas como la de Felipe Massa, que estaba convencido de que habría podido ganar de no ser porque sufrió un pinchazo que le obligó a adelantar su primera parada en boxes. Lágrimas en los ojos de Giancarlo Fisichella, el tercer clasificado, porque hace sólo unos días había fallecido un amigo suyo y no pudo evitar su recuerdo. Y euforia desatada en el rostro de Fernando Alonso, que logró su primera victoria en Suzuka y vislumbra cómo está cada vez más cerca un título mundial que se le estaba escurriendo entre los dedos. "Dimos un paso de gigante",...

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En el podio de Suzuka hubo de todo. Caras largas como la de Felipe Massa, que estaba convencido de que habría podido ganar de no ser porque sufrió un pinchazo que le obligó a adelantar su primera parada en boxes. Lágrimas en los ojos de Giancarlo Fisichella, el tercer clasificado, porque hace sólo unos días había fallecido un amigo suyo y no pudo evitar su recuerdo. Y euforia desatada en el rostro de Fernando Alonso, que logró su primera victoria en Suzuka y vislumbra cómo está cada vez más cerca un título mundial que se le estaba escurriendo entre los dedos. "Dimos un paso de gigante", confesó el asturiano. "Tener diez puntos de ventaja a falta de una carrera es el resultado soñado por cualquier piloto. Pero no podemos bajar la guardia en Brasil". Las opciones de que Schumacher gane el título son mínimas: debería imponerse y que Alonso no puntuara, es decir, que no se clasificara entre los ocho primeros.

"Pensé que iba a sufrir y que no podríamos luchar con nadie"
"No sé si se ha hecho justicia. Se ha vuelto a los valores más normales"
"Encajo mis fallos. Si el equipo se equivoca no cuesta tanto reconocerlo"
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"La victoria fue muy diferente a todas las demás", confesó el piloto español, que lleva ya 15 triunfos, siete de ellos esta temporada. "Ahí se mezclaban las emociones de ver más cerca el campeonato, con las de haber ganado una carrera que parecía imposible antes de que empezara. Pensábamos que íbamos a sufrir muchísimo y que no podríamos luchar con nadie. El podio era un objetivo optimista. Y, en cambio, adelanté a Trulli, vi que era más rápido que Ralf Schumacher, me sorprendió superar a Massa en la primera parada en boxes y luego llegó la mayor sorpresa: la rotura de Michael, porque eso ha ocurrido pocas veces en Ferrari en los últimos años. Aquello fue una inyección de alegría increíble".

Cuando Alonso vislumbró el Ferrari parado sobre la hierba, ni siquiera se lo creía. "La primera impresión fue que se trataba de un Spyker [un monoplaza de esa escudería]", explicó Alonso. "Estaba muy concentrado en el asfalto para no encontrarme manchas de aceite que pudieran perjudicarme. Así que vi a Schumacher cuando estaba ya pegado a él. Cerré el puño en mi habitáculo y en la curva siguiente bajé las revoluciones por minuto, porque entonces cualquier resultado era ya bueno menos la retirada".

No se relajó. Ni mucho menos, porque sus tiempos continuaron siendo prácticamente iguales. Y fue capaz de mantener su cabeza centrada en la carrera a pesar de que lo más fácil hubiera sido dejar volar sus pensamientos. "No sé si se ha hecho justicia", respondió. "Perdimos la ventaja por culpa de dos abandonos [una tuerca mal puesta en su rueda trasera derecha en Hungría y una rotura de motor en Monza] cuando estábamos en posiciones de podio, y hoy hemos devuelto las cosas a los valores más normales". Confesó, eso sí, que tenía una sensación de "bienestar absoluto", después de las tensiones acumuladas en las últimas carreras, a medida que el campeonato se iba igualando con Schumacher. "Ahora llegamos a Brasil con un buen colchón. Sólo debemos acabar entre los ocho primeros si gana Michael. Eso facilita las cosas. Pero no podemos relajarnos. En China parecía fácil para nosotros y perdimos; y en Japón, lo tenían muy claro los Ferrari y ganamos".

Alonso reconoció que el equipo Renault había realizado un gran trabajo y que eso era lo habitual. "Pero cuando cometen un error no hay por qué intentar esconderlo", agregó. "Cuando yo choco contra el muro en Canadá es un fallo mío y lo encajo. Pero si ellos se equivocan no cuesta tanto reconocerlo también". Y confesó que en ningún momento pensó que podía superar a Michael Schumacher, ni siquiera cuando iba en la segunda posición a sólo 5,5 segundos del alemán. "No creo que le hubiera superado, pero al menos estaba en su ritmo y eso era ya una buena noticia. Tampoco pienso que rompiera el motor como consecuencia de mi presión. Intenté ponérsela, es cierto. Pero un motor se rompe por mil cosas".

Sobre los motores que el equipo utilizará en Interlagos, Alonso fue claro: "No lo sé todavía. Pero el equipo buscará sobre todo la fiabilidad para mi coche, aunque debamos sacrificar velocidad. Brasil es un trazado bastante duro para la mecánica, con bordillos y piso bacheado y con rectas muy largas. Además, se corre en altitud y eso pesa en los motores. Pero no podemos fallar. Las cosas pintan bien, pero hay que acabar la faena".

Pat Symonds, director técnico de Renault, indicó que tienen dos motores nuevos que pondrán a prueba en el circuito de Silverstone esta semana y que elegirán el más fiable de los dos. Alonso no acudirá a aquellos entrenamientos. "No vamos a correr riesgos", concluyó.

Fernando Alonso celebra la victoria con sus mecánicos.REUTERS

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