Reportaje:XIV BIENAL DE FLAMENCO

Una lección flamenca

La compañía El Flamenco Vive estrena un espectáculo para acercar el género a los niños

Nunca se alzaron tantas manos al grito de "yooo, señorita yooo" como el pasado martes en el teatro Alameda. Los voluntarios se ofrecían para poner en práctica sobre el escenario las lecciones de Silvia Marín, directora del espectáculo El flamenco en cuatro estaciones, que se estrenó dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Los 400 niños de 4 a 10 años que llenaban el teatro siguieron con entusiasmo, muchos "oles", patadas a compás y risas, la clase didáctica que impartió la bailaora y coreógrafa italiana Silvia Marín que con su compañía El Flamenco Vive ha creado este montaje ...

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Nunca se alzaron tantas manos al grito de "yooo, señorita yooo" como el pasado martes en el teatro Alameda. Los voluntarios se ofrecían para poner en práctica sobre el escenario las lecciones de Silvia Marín, directora del espectáculo El flamenco en cuatro estaciones, que se estrenó dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Los 400 niños de 4 a 10 años que llenaban el teatro siguieron con entusiasmo, muchos "oles", patadas a compás y risas, la clase didáctica que impartió la bailaora y coreógrafa italiana Silvia Marín que con su compañía El Flamenco Vive ha creado este montaje especialmente para que los más pequeños se acerquen sin miedo al flamenco.

El flamenco en cuatro estaciones, que estará en cartel hasta mañana con dos funciones diarias para escolares y el día 7 con una representación a las 18.00 abierta al público general, es un taller-espectáculo en el que Silvia Marín y los bailaores Virginia Ruiz, Rafael Peral y Juan Carlos del Pozo van explicando las características de los principales palos del flamenco asociados a una estación del año. Entre el discurso animado de la directora, el baile, el cante Ezequiel Benítez, acompañado a la guitarra por Amir Addat y a la percusión por Sergio Martínez, los alumnos de 1º y 2º de Primaria de tres colegios sevillanos practicaron el compás binario y el terciario, apredieron a jalear y hasta a bailar una seguiriya siguiendo el ritmo de "pan, pan, morcilla, morcilla".

Para Andrea Valle, de 7 años y alumna de 1º del Colegio Rector Mota Salado de Sevilla, lo mejor son "las canciones y el baile". "Mi abuela, la madre de mi padre, hace muchos vestidos y siempre me los hace a mí; así que tengo ocho trajes de gitana y voy a aprender a bailar la rumba", explica orgullosa esta espectadora. Aunque la sala se llena de voluntarios cada vez que Silvia Marín pide alguno para poner en práctica el compás aprendido, Javier Veracruz, de 6 años, no está dispuesto a exhibirse: "No voy a salir porque me da repeluco", afirma tajante.

La llegada del otoño, que la compañía ha identificado con los estilos de compás terciario,verdiales, abandolaos, rondeñas y fandangos, ofreció la oportunidad a estos futuros aficionados a ejercitarse en el dificil arte de calzar un "ole" en su sitio.

"La que le saqué al león / era espinita grande / siendo fiera me lamió / mira si lo agradeció / en el suelo se tumbó", este fandango natural que entonó Ezequiel Benítez fue uno de los momentos cumbres del montaje ya que los niños intentaron jalear a tiempo. Casi todos salieron con ganas de flamenco. Javier Puro, de 8 años, y del colegio Guadalquivir de Mairena del Aljarafe, prometió atender más a las lecciones de guitarra que le da su primo; mientras que a su compañero Daniel Aranda no hubo forma de convencerle y dijo "eso del flamenco no me gusta", aunque estaba marcando el compás con los pies.

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